tag:blogger.com,1999:blog-112321702024-03-07T21:42:59.651-05:00Los Días y las Noches de JATMis pensamientos, palabras, obras y omisiones.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comBlogger97125tag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-14149993861680947592014-01-16T00:09:00.000-05:002014-01-16T00:09:02.402-05:00Villa Chicken: Una buena alternativa<div class="MsoNoSpacing">
Generalmente, cuando hablo de pollos a la brasa mi punto
de referencia es el Pardo’s. Desde que lo conocí no me ha defraudado –aunque en
ocasiones el incremento de sus precios me asustaba– en cuanto a sabor y
atención; pero, evidentemente, no es la única pollería que merece ser visitada.
Existen otras que uno va descubriendo y que se acercan a la calidad del Pardo’s
y pueden constituirse en una buena alternativa cuando uno busca algo diferente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Esa alternativa de la que hablo es el Villa Chicken.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
La primera que visité fue la que se encuentra en la Av.
La Mar, detrás del centro comercial Plaza San Miguel. Creo que caí en la
pollería porque sencillamente me dio ganas de probar algo distinto y el local
de Villa tenía una buena apariencia. Así que me animé a entrar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
La atención es acorde con el estándar, es decir, te
recibe una anfitriona que luego te sitúa en una mesa de acuerdo a la cantidad
de comensales. Luego un mozo se acerca a tomarte el pedido. El local es
adecuado, tiene una buena apariencia y está bien situado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPRoxKaORsEFKJg2ErdJzgVymGoc0lt0Lbu22BAj-MfpOinbCvDpbDQ6VS0RnRcwksqteozx5d1OOTYI0MlFni-fjA2CGs06Ug4_BGD-9eZUADPsQiwKeugkPsmPH4WwYYTOffTw/s1600/Foto0630.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPRoxKaORsEFKJg2ErdJzgVymGoc0lt0Lbu22BAj-MfpOinbCvDpbDQ6VS0RnRcwksqteozx5d1OOTYI0MlFni-fjA2CGs06Ug4_BGD-9eZUADPsQiwKeugkPsmPH4WwYYTOffTw/s1600/Foto0630.jpg" height="240" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Como siempre, pido un pollo a la plancha o lo más cercano
a él que se encuentre en la carta. El plato que me trajeron pueden verlo en la
foto. Aparentemente, no es muy abundante pero la verdad es que sí es suficiente
para una cena. La ensalada no es muy abundante que digamos pero sí tiene un
buen sabor, además junto con el plato te traen un pequeño envase de vinagreta –que
se puede ver a un lado del plato– que puedes echar sobre la ensalada para darle
más sabor. La verdad es excesiva la cantidad de vinagreta para el tamaño de la
ensalada, pero es preferible que sobre a que falte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
Las papas tienen un sabor agradable y el pollo también se
encuentra bien servido, es suave y tiene un cierto sabor, no muy fuerte ni muy
ligero, lo adecuado para un pollo a la plancha, a mi parecer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUWwvJ6sJ2KKWSZS1ePGE5tIuTkP1vwr5R4MouRw6_pEKW3rVpiCEaoP5tX7c_xuS8LNA_7qS4QOzvnXKDmC-gGcEYvIZuYj7Ahyphenhyphenr6KQtMUTnth2Z_xuACKjpNUstxuNvH8gdMrg/s1600/Foto0631.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUWwvJ6sJ2KKWSZS1ePGE5tIuTkP1vwr5R4MouRw6_pEKW3rVpiCEaoP5tX7c_xuS8LNA_7qS4QOzvnXKDmC-gGcEYvIZuYj7Ahyphenhyphenr6KQtMUTnth2Z_xuACKjpNUstxuNvH8gdMrg/s1600/Foto0631.jpg" height="240" width="320" /></a>También pedí una ensalada. En la carta no tienen
ensaladas que uno pueda comer como un plato individual –<o:p></o:p></div>
como sí las tiene Pardo’s,
por ejemplo– sino ensaladas para acompañar al pollo a la brasa. Sin embargo,
pedí una ensalada preguntando al mozo si podría comerse como un plato
individual. Me dijo que sí así que me trajo la ensalada que se puede ver en la
foto. <br />
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
También es agradable y se puede comer individualmente aunque
va a quedar muy grande para una sola persona, por lo menos para el tipo de
personas que pide sólo una ensalada para no comer mucho. Esta ensalada la pedí
pensando en la Festiva de Pollo que es la que siempre pido en la otra pollería
y, la verdad, puede ser un reemplazo exitoso de ese plato.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
<div class="MsoNoSpacing">
La experiencia fue agradable y sin duda volvería. Los precios
son similares o un poco menores que el del Pardo’s y sí invitaría a los amigos
a cenar ahí.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNoSpacing">
<br /></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-31169040923710328552014-01-10T12:39:00.000-05:002014-01-10T12:42:11.874-05:00Last Vegas: el último viaje a Las VegasDebo confesar que lo que más me atrajo de la película, en un inicio, fue el calibre de los actores que iban a actuar en ella. <b>Morgan Freeman, Robert de Niro, Michael Douglas y Kevin Kline</b> difícilmente creo que acepten actuar en una película con una mala historia, así que eso me animó a verla; además, presentí que tendría algo de <a href="http://youtu.be/HWbwdzlt-oY" target="_blank">The Hangover</a>, y no me equivoqué. Aunque, felizmente, la juerga no es lo que vas a recordar de esta película.<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="//www.youtube.com/embed/G-iqiMJIWTg?rel=0" width="640"></iframe>
<br />
<br />
Los gringos tienen la rara particularidad de insertar una pequeña historia interesante incluso en películas de las cuales no tienes mayores expectativas. Ingresé a la sala del cine con el objetivo de entretenerme un rato viendo divertirse a estas glorias del cine pero al final me quedó en el recuerdo una simpática historia de lealtad (a lo largo de 60 años) y de amor al final de la vida.<br />
<br />
Cuatro hombres que se conocen prácticamente desde niños llegan a la tercera edad de distintas maneras. Uno se encuentra felizmente casado, otro es ya un abuelo que ha pasado por un infarto cerebral, el tercero es un reciente viudo amargado y el cuarto es un solterón viejo pero adinerado que ha encontrado una chica de base tres con la que desea casarse.<br />
<br />
La trama de la película se basa en la reunión de estos cuatro amigos en Las Vegas para celebrar la despedida de soltero del ricachón del grupo. Hasta ahí parece una película estilo The Hangover pero con 40 años más. La trama se pone interesante cuando se descubre el motivo por el que el viudo del grupo no deseaba ir a la celebración y cuando aparece una mujer que se interpondrá, nuevamente, en la amistad entre dos de los amigos.<br />
<br />
Es una buena película que nos habla de la amistad a lo largo de los años y de la lealtad que ésta conlleva. Claro, todo se encuentra amenizado con ocurrencias por parte de los ‘ancianos’ y la presencia del juerguístico Stefan Gordy (o sea, RedFoo) de LMFAO –y si no te suena el nombre mira <a href="http://youtu.be/wyx6JDQCslE" target="_blank">este video</a>– y Curtis Jackson (o sea, 50 Cent) a quien ‘chotean’ de la despedida de soltero.<br />
<br />
Sí, la volvería a ver.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-41405742943820127062014-01-08T07:43:00.001-05:002014-01-08T07:43:43.167-05:00Un extraño sueñoEstaba en el antiguo departamento en el que vivía con mis padres. Me encontraba en la sala y escuché que alguien tocaba a la puerta, me asomé por la ventana y vi que eran mis dos abuelos. Les abrí la puerta y ellos entraron con total normalidad. Mi madre huyó hacia su habitación llena de miedo pues mis abuelos habían muerto ya hace algunos años.<br />
<br />
Mi abuela, ya dentro de la sala, me dijo “no te preocupes, vinimos porque tu abuelo quería saludarte”. No me sentí asustado a pesar de ver a mis dos abuelos fallecidos y la naturalidad con la que se comportaban me dio tranquilidad.<br />
<br />
Entré al cuarto donde se encontraba mi mamá y la tranquilicé. Le dije que los abuelos habían venido porque querían saludarnos, sólo eso. Cuando salí nuevamente a la sala encontré a mi hermano, y él me repitió lo mismo. “Los abuelos han venido porque querían saludarte”, me dijo, sonriente.<br />
<br />
Me sentí bien, tranquilo, en paz.<br />
<br />
Me acerqué a los abuelos y mi abuela me dijo señalando con la mirada a mi abuelo. “Quiere saludarte”. Y vi que mi abuelo –que no había dicho nada– extendió los brazos y me hizo un gesto como indicándome que le abrazara.<br />
<br />
Lo abracé y no sentí miedo, simplemente me desperté.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-35367366005451575902014-01-06T11:06:00.002-05:002014-01-10T15:02:51.685-05:00Las intenciones de Año Nuevo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4iNI0w3f4hrRj7KqlejUsm8EOwQhj0TcW7mMk_HXd-lQzP3fcmUaHY3moWKOQ9jTeFUFYXLQdjr_DV1JDQuSNBz-DDzkdEi05NgKPEBlk2MsrWZhnC4smd1ZIyTRLZ7973htzMA/s1600/1435613_23149272.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4iNI0w3f4hrRj7KqlejUsm8EOwQhj0TcW7mMk_HXd-lQzP3fcmUaHY3moWKOQ9jTeFUFYXLQdjr_DV1JDQuSNBz-DDzkdEi05NgKPEBlk2MsrWZhnC4smd1ZIyTRLZ7973htzMA/s1600/1435613_23149272.jpg" height="265" width="320" /></a></div>
Los cambios de año traen consigo una serie de actividades que se consideran ‘obligatorias’. Salir, ir de fiesta, trasnochar, en fin, hacer de esa noche del 31 de diciembre algo inolvidable es una obligación que nos hemos impuesto socialmente. Pero junto con estas actividades ‘divertidas’ también nos hemos impuesto el análisis de lo que hemos hecho con nuestras vidas durante el año que pasó y lo que planeamos hacer con ellas en el año que llega.<br />
<br />
Pero, no siempre tenemos planes.<br />
<br />
De hecho, me considero parte del grupo que no se plantea metas todos los años, quizás sólo lo hago en aquellos en los que considero que es necesario realizar un cambio importante, pero no en todos. Un grupo de años los he pasado simplemente con el ánimo de que sea mejor que el anterior. Recordé esto recientemente cuando, durante una reunión con unos amigos, alguien lanzó la pregunta.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Había acordado que por Fin de Año me reuniría con unos viejos amigos de la universidad a comer una parrillada. El vino, el bistec, los anticuchos y las morcillas estaban a medio comer cuando uno de ellos soltó la cuestión: “¿Y qué planean para el próximo año?”<br />
<br />
Todo fue silencio durante un instante. Todos esperábamos a que fuese otro el que comenzara con sus deseos para el 2014. Pero nada. Se escuchaban las conversaciones de las otras mesas cuando el que se encontraba a la izquierda del que preguntó dijo “Cambiar de compañía, creo que me dejan demasiado trabajo”. Y nada más.<br />
<br />
Como siguiendo el orden de un reloj el que se encontraba a su izquierda fue el siguiente: “Nada, seguir nomás”. El siguiente era yo y como en realidad no tenía algo que decir repetí casi robóticamente la frase que acababa de escuchar. “Igual, nada, seguir nomás”.<br />
<br />
El que lanzó la pregunta nos dijo que planeaba terminar su tesis de doctorado, y quizás también comprar un departamento o un automóvil. Además, hace poco había cambiado de trabajo hacia una posición con mayor paga y más ventajas que el anterior. <br />
<br />
“Vaya, bien por ti”, pensé, aunque creo que no se lo dije. Y comenzamos a hablar sobre el nuevo trabajo de mi amigo y las ventajas que le ofrecía frente a su trabajo anterior, que era también bueno, creo yo.<br />
<br />
El caso es que, por un momento, me sentí incómodo con mi falta de movimiento laboral, pero luego recordé los logros que me había comentado mi jefa con respecto a nuestro trabajo. Entonces me sentí mejor.<br />
<br />
No terminamos la parrillada pues era enorme y la verdad creo que no demostramos ser buenos carnívoros. Conversamos, tomamos vino, bromeamos y, finalmente, nos fuimos a nuestras casas con la promesa de volver a vernos, pronto.<br />
<br />
Aún sigo buscando las fotos en las que nuestras incursiones no se daban en un buen restaurante de parrillas sino en un pequeño bar frente a la universidad. Tengo que encontrarlas, se las prometí. <br />
<br />
Pero también me ha quedado la duda de si no debería plantearme alguna meta específica que complemente el simple objetivo de “estar mejor que el año pasado”. Quizás también deba escribirla.<br />
<br />José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-5790040745193499202013-08-09T11:32:00.002-05:002013-08-09T11:32:47.131-05:00Scary Movie 5: Una alternativa a no ver nadaLa primera vez que vi Scary Movie casi muero de la risa. Aunque se notaba que eran partes ensambladas de parodias de distintas películas de terror –aunque en esta entrega no todas son de ese género– se podía ver en ellas ‘algo’ de continuidad, un minúsculo hilo conductor que hacía un poco verosímil el título de película. Creo que ese atisbo de lógica casi se ha perdido en la quinta parte.<br />
<br />
Debo confesar que no he visto todas las películas de las que se mofan en la entrega 5 pero algo similar me pasó con las anteriores; sin embargo, el resultado no es el mismo. Scary Movie 5 tiene un inicio alentador con dos ‘locos’ de Hollywood como lo son Charlie Sheen y Lindsay Lohan pero de ahí en adelante la película se centra en dos personajes y su familia y es ahí donde decae el interés.<br />
<br />
No sé si será obra de la recurrencia de ver estas películas pero muchas de las bromas resultaron bastante predecibles. Quizás los momentos más altos de esta parte de la película fueron aquellos que se dieron en las secuencias con cámara rápida entre el padre de la familia y la señora latina que los ayuda con la casa.<br />
<br />
Creo que una evidencia de que no es sólo mi percepción es que no oí las sonoras carcajadas que se dieron con la primera Scary Movie a pesar de que la sala del cine se encontraba llena de adolescentes de risa fácil. Simplemente, no fue lo mismo.<br />
<br />
No sé si recomendarla, considero que sería una buena alternativa a quedarse fuera del cine sin hacer nada, pero nada más.<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/PvnGvWv6uB0?rel=0" width="560"></iframe></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-77801261820798915962013-07-06T15:14:00.002-05:002013-08-09T11:37:34.172-05:00Don Belisario: aceptablemente buenoLuego de una fuerte campaña en el Facebook era difícil no conocer a Don Belisario, la cadena de pollos a la brasa que tiene como ícono a un pollo campechano. La verdad, al inicio sus posts me animaron a visitar alguno de sus locales pues las fotos de los platillos se veían bastante bien y la expectativa que generaba entre los futuros comensales iba en aumento. Pero luego, personas que conocía de manera personal o virtual comenzaron a postear los aspectos negativos de Don Belisario. Di marcha atrás en mis deseos de visitar la cadena.<br />
<br />
Así transcurrieron algunas semanas; sin embargo, creí que lo más conveniente sería verificar por mí mismo si las percepciones que había leído eran certeras. Un conocido blogger, Renzo de El Vicio de Comer, había posteado <a href="http://elviciodecomer.blogspot.com/2013/03/yo-le-digo-no-don-belisario.html" target="_blank">un comentario negativo de su visita</a> –el título de su post lo dice todo: “Yo le digo no a Don Belisario”– y un amigo, al que sí conozco en persona, me dijo que lo mejor que tenía el pollo de Don Belisario eran las papas. Estas opiniones iban a contrapelo de otras que podía encontrar en la página de Facebook de Don Belisario que sí eran positivas.<br />
<br />
Tenía que ir.<br />
<br />
<a name='more'></a>Afortunadamente, debido al crecimiento de la cadena, se abrieron dos locales que me quedaban cerca a la casa. Uno es el que se encuentra en el pequeño triángulo conformado por la intersección de la Av. Universitaria, su auxiliar y la Avenida La Mar, cerca de la PUCP. Lo veía siempre que iba hacia Plaza San Miguel y pensaba “aquí es donde tengo que venir para verificar”.<br />
<br />
Otro, más cercano aún, es el que abrieron más recientemente en la Av. Sucre, frente al Metro de Pueblo Libre. A este local lo veo siempre que vuelvo a mi casa, viniendo desde la Av. La Marina. De él pensé “Aquí sí vengo, de todas maneras”. Y lo hice.<br />
<br />
Un día que mi delgada se animó a invitarme una cena le dije que quería ir al Don Belisario, y ella aceptó.<br />
<br />
Con muchas expectativas en mi mente, ingresé al local de la Av. Sucre junto con mi delgada. Una anfitriona nos llevó a una mesa, tal y como sucede en Pardos Chicken. Las similitudes llegan hasta ahí. Ingresando un mozo muy atento –excesivamente atento, diría– se presenta y nos entrega las cartas.<br />
<br />
Dado que no me gusta lidiar con los huesos, siempre pido una pechuga o el plato que más se le parezca. En la carta había una opción así que iba acompañada con ensalada y otro acompañamiento al escoger. No encontré papas fritas así que me animé a pedir unas papas horneadas con un poco de queso encima. Para probar.<br />
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvM2s3ic3s-Ho1qIlryI1zHvcyyOwnSziFPQ8rnSC9etDSdy1q7mH7oe6V06sOnOqyd6U8LYRFvHHO5jVCuw1rShUDq8kTo-Jnm7cL2_J61kaaW8IZvlSNHpMay-MFVZAQCV9IZg/s1600/Foto0490.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvM2s3ic3s-Ho1qIlryI1zHvcyyOwnSziFPQ8rnSC9etDSdy1q7mH7oe6V06sOnOqyd6U8LYRFvHHO5jVCuw1rShUDq8kTo-Jnm7cL2_J61kaaW8IZvlSNHpMay-MFVZAQCV9IZg/s400/Foto0490.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Nótese la pobreza de la ensalada</td></tr>
</tbody></table>
Cuando me trajeron el plato comencé a notar las diferencias respecto al Pardos, mi referencia para hacer benchmark.<br />
<br />
La porción de pollo era algo chica. Ciertamente, estaba bien condimentada y tenía un sabor agradable pero aun así creo que la del Pardos le gana por un par de puntos en tamaño y sabor. Las papas sí estuvieron muy buenas, y de hecho es lo que sacó cara por el plato; ahí recordé lo que me dijo mi amigo. Y bueno, la ensalada si fue lo que señalé en la encuesta que luego nos dieron como algo que debe cambiar. La ensalada era muy simple, demasiado, solo constaba de lechuga sin más sabor, un poco de tomate y un arito de cebolla, nada más.<br />
<br />
Esta pobre presentación hace extrañar la palta, la zanahoria y todos los vegetales que uno puede encontrar en la ensalada que acompaña al pollo en el Pardos y en otras pollerías a las que he ido. La ensalada de Don Belisario es absolutamente prescindible. Claro que hay otras opciones de ensalada, pero la que acompaña al pollo es lamentable.<br />
<br />
Quizás otro punto que se deba corregir es el exceso de cortesía del mesero. Uno espera un buen servicio pero tanta zalamería se siente artificial y fingida. Uno quiere que simplemente lo atiendan bien, nada más.<br />
<br />
En general, creo que Don Belisario se encuentra, por lo menos en cuanto al plato que pedí, un par de puntos por debajo de Pardos, pero es una buena opción. Además, hay que decir que el precio con respecto al Pardos es algo menor, así que en alguna medida, si nos concentramos en el ‘valor’, diría que es acorde, EXCEPTO POR LA ENSALADA. La tienen que mejorar de todas maneras.<br />
<br />
Creo que sí volvería, pero ya con las expectativas más reales con respecto a lo que uno puede esperar de la pollería. También lo haría para probar otros platillos pues puede que por ahí haya algo en lo que supere al benchmark que me he establecido.<br />
<br />
Pero por ahora, eso no ha pasado.<br />
<div>
<br /></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-12564118807154103672013-06-15T18:38:00.000-05:002013-07-06T15:19:54.714-05:00Viejo, mi querido (y habilidoso) viejo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbZX37A0FWD_cBtiTOKLWvmhgb1qPur4l_mjLYBVVFagb0x5jxdLU7ZpnI6bKnYjoodAL98_VJ1cORqbx-KaZP-Kf6TxjK7K-u-xAvGQN2j8RUZgXK6RFyMsT0Iz2W9qvl2Znzog/s1600/P1110185.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbZX37A0FWD_cBtiTOKLWvmhgb1qPur4l_mjLYBVVFagb0x5jxdLU7ZpnI6bKnYjoodAL98_VJ1cORqbx-KaZP-Kf6TxjK7K-u-xAvGQN2j8RUZgXK6RFyMsT0Iz2W9qvl2Znzog/s320/P1110185.JPG" width="320" /></a></div>
Debo confesar que cuando me encontraba en el colegio era mi padre el que, en (varias) ocasiones, me ayudaba con el curso de “Formación Laboral”. Aquel curso –que no tenía relación alguna con su nombre– nos obligaba a desarrollar actividades tales como la construcción de un barquito de madera o el acabado de un cenicero de cerámica; actividades que, por supuesto, nunca más he tenido que repetir, menos aún dentro de mi campo laboral pues me gano la vida escribiendo en una computadora.<br />
<br />
Pero, de todas maneras, tenía que aprobar ese curso, y mi padre me ayudó con ello.<br />
<br />
No sé si alguno de mis sucesivos profesores del curso se habrá dado cuenta de que yo no tenía habilidad manual alguna. Mis torpes manos a duras penas podrían aprobar una de esas evaluaciones psicotécnicas en las que a uno le piden dibujar sobre una hoja de papel una persona, un ocaso o algún otro elemento para determinar nuestra lucidez. En realidad, creo que ni siquiera esos esbozos se encuentran hasta ahora dentro de lo que puedo lograr con mis capacidades.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Cuando me tocó construir el barquito de madera, sin dudarlo un segundo, le pedí el favor a mi padre. No recuerdo bien cuál fue el plazo que nos dieron pero sí que se lo indiqué a mi padre con la seguridad de que el barquito estaría terminado para la fecha pactada. No me preocupé más del tema.<br />
<br />
El día de la presentación simplemente le pregunté a mi papá “¿y el barquito?”. Él y mi mamá se apresuraron a entregarme el barquito pero la expresión en sus rostros me indicaba que algo malo pasaba con la obra.<br />
<br />
Me entregaron un barquito pintado de rojo, construido mediante la unión de varias maderitas que conformaban cada uno de sus lados. No había curvas, más bien el barquito tenía la forma de un retablo puesto de espaldas. Un pequeño mástil con unos diminutos trozos triangulares de tela pegada a él completaban la figura. Ciertamente, se veía como una obra realizada con no mucha destreza, quizás por la falta de tiempo.<br />
<br />
Recuerdo que mi padre, sinceramente apenado, me dijo algo así como “disculpa, no me ha salido bien, no he tenido mucho tiempo”. “No te preocupes”, creo que le respondí. La verdad era justamente lo que alguien como yo podría haber construido.<br />
<br />
También recuerdo perfectamente que en el colegio mi profesor, que se llamaba Marciano –no es broma–, cogió el barquito, lo miró, y escribió un 18 sobre él. Yo feliz. Al siguiente alumno de la lista no le fue bien, “tú no has hecho esto”, le dijo, observando un barquito que mostraba una manufactura superior, sus curvas eran tan logradas que ciertamente parecían el trabajo de un profesional, no el de mi compañero de clase.<br />
<br />
Luego de tantos años, recuerdo con nitidez ese día pues fue una de las tantas ocasiones en las que mi padre me ayudó.<br />
<br />
En realidad, él me sigue ayudando, es su forma de mostrarme su cariño, de decirme que me quiere. Obviamente, ya no se trata de barquitos de colegio sino de aquellas pequeñas tareas cotidianas en las que él considera –no sin razón– que si yo intervengo no van a quedar bien.<br />
<br />
Cuando me mudé a mi departamento mi padre se presentó en la puerta con su taladro para hacer todos las perforaciones necesarias para cuadros y muebles. Sin embargo, no pudo hacer nada pues no tenía yo entonces nada qua colgar o pegar en las paredes. Cuando luego de mucho tiempo compré unos cuadros le pedí prestado su taladro para colgarlos yo mismo. A él no le gusta prestar sus herramientas, pero a mí me las dio con la confianza de que no se las estropearía –o me perforaría una mano. Eso me agradó.<br />
<br />
Cuando era un niño de colegio fueron muchas las veces en las que él me indicó cómo hacer las cosas. Me pedía que lo acompañara cuando reparaba su auto o cuando cambiaba un caño o revisaba una conexión eléctrica. Yo sólo lo miraba y le alcanzaba las herramientas desganadamente porque nunca pensé que tendría que dedicar tiempo a esos asuntos ‘menudos’ de la vida. A pesar de ello algo aprendí.<br />
<br />
Ahora ya con más de 40 años comprendo que todas esas cosas que me enseñó fueron simplemente la forma de prepararme para la vida. Mi educación, mis valores, mis creencias se las debo a él y a mi madre; y quizás yo no pueda hacer barquitos para mi hijo –cuando lo tenga– pero estoy seguro que mi papá me ayudará a enseñarle a hacer uno mejor que el mío.<br />
<br />José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-77543434409242467092013-06-10T00:14:00.003-05:002013-06-10T00:29:23.894-05:00Los anticuchos de la felicidadAhora que la comida es un símbolo de peruanidad y que estamos dispuestos a invertir una parte de nuestras vidas en interminables filas con tal de saborear a los ‘consagrados’, recuerdo una época de mi vida en la que la comida era increíblemente deliciosa y monopólicamente mía; sin colas y sin esperas.<br />
<br />
Ese paraíso gastronómico existía hace unos 30 años en la azotea de la casa de mi tía en <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Hu%C3%A1nuco" target="_blank">Huánuco</a>. Mi madre, mi tía, mis dos primas y yo nos reuníamos –durante mis vacaciones de colegio, en el verano– en ese escondido lugar para saborear durante horas una innumerable cantidad de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Anticucho" target="_blank">anticuchos</a> que habían sido elaborados ‘desde cero’ por mi madre y mi tía. La preparación de esos manjares tomaba todo un día –de hecho se tenía que comenzar el día anterior– pero el resultado fueron unas deliciosas tardes que han quedado en mi memoria como una marca de felicidad difícil de superar.<br />
<br />
La casa era antigua, de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Quincha" target="_blank">quincha</a> y adobe, aunque la mitad trasera era de cemento. En esa parte, sobre una pequeña cocina, se había acondicionado una pequeña azotea que servía para airear las ropas recién lavadas y ofrecer descanso a Perico, el simpático perro de mi tía.<br />
<br />
La preparación de los anticuchos comenzaba con una visita al mercado central de Huánuco. Ahí se conseguían los corazones de res –dos, para dejar satisfechos a todos– y los palitos para ensartar los generosos trozos que comeríamos. También ahí se conseguían los demás ingredientes necesarios para la elaborar la salsa en la que se dejarían los trozos de corazón de un día para otro –marinar, creo que es el término– y que adquirieran ese inolvidable sabor.<br />
<br />
<a name='more'></a>El día anterior se cortaban las piezas y se las dejaba reposar.<br />
<br />
Al día siguiente, casi a la hora del almuerzo, comenzábamos a preparar los carbones. Teníamos una pequeña parrilla anticuchera como las que usaban las vendedoras ambulantes más sencillas. Con eso nos bastaba, sólo requeríamos poner a la brasa tres o cuatro ‘palitos’ a la vez, aunque la espera por que salieran los primeros era insoportable.<br />
<br />
Me gustaba ayudar con el fuego. Con un pedazo de cartón ayudaba a avivar los carbones que alguien más –no recuerdo quién– había prendido. Mis ansias por comer se incrementaban cuando veía que mi tía o mi mamá subían con el enorme tazón blanco lleno de palitos; era como un puercoespín que iríamos desnudando a medida que avanzaba la tarde.<br />
<br />
El olor a carbón se transformaba cuando colocábamos los primeros palitos. El aire de la azotea adquiría un embriagador aroma que hasta ahora relaciono con el ruido encantador que se producía cuando los primeros trozos de corazón tocaban la parrilla. Ese sonido y ese olor se unen a la imagen de mi mamá apretando los palitos, a la de la pequeña columna de humo que subía de ellos y a los primeros esfuerzos de mi mamá por darles más sabor con una artesanal brocha confeccionada con panca (las hojas que cubren la mazorca de maíz) que antes había remojado en el líquido de marinado. El aceite que lo componía ocasionaba que, junto con el humo, se levantara ocasionalmente una pequeña llama amarilla. Era el principio de una de esas tardes.<br />
<br />
Los primeros palitos eran para mí. Yo los tomaba y prácticamente los engullía mientras mis primas se reían por mi desesperación. Yo feliz.<br />
<br />
Uno tras otro los palitos parecían pasar de la parrilla directamente a mi plato, y al de nadie más. Creo que en esos excesos me entretenía un momento hasta que me cansara de atragantarme; recién entonces las chicas comenzaban a disfrutar de sus palitos y me acompañaban en los gestos de satisfacción.<br />
<br />
Con unas cuantas papas, que también colocábamos en la parrilla, completábamos el menú del día que, aunque simple, era absolutamente satisfactorio. <br />
<br />
Ahora no recuerdo cuántas veces hicimos esto. Creo que no habrán pasado de tres veces –es decir, tres años– las ocasiones en que nos encerramos a disfrutar de estos momentos. Eran sólo para nosotros cinco y para nadie más. Y creo también que fueron de los mejores que viví durante mi niñez porque hasta ahora los recuerdo vívidamente, como si hubieran ocurrido ayer.<br />
<br />
En una ocasión alguien tocó el timbre de la casa, pero decidimos no abrir. A quien haya sido mis disculpas, pero ese momento era sólo para nosotros. Y para nadie más.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-22011907371783453062013-06-08T11:36:00.000-05:002013-08-09T12:09:34.161-05:00Mi incursión en la políticaRecuerdo que hace muchos años un pariente mío decidió postular a la alcaldía de mi distrito; bueno, en realidad lo postularon fruto de su participación en una reunión partidaria en la que él era el único vecino del distrito en el que vivía.<br />
<br />
– ¿Quién vive ahí?, preguntó, de acuerdo a otro pariente mío que participó en la misma reunión partidaria, uno de los organizadores del evento.<br />
<br />
Mi pariente levantó inocentemente su mano.<br />
<br />
– Tú serás el candidato entonces, organiza tu comité de campaña; le dijeron, de acuerdo siempre al mismo otro pariente.<br />
<br />
Obviamente su “comité de campaña” era un eufemismo para referirse a los parientes y amigos que aceptaran ayudarlo en la empresa electoral. Uno de los cuales fui yo.<br />
<br />
Mi participación fue básicamente anímica hasta bien entrada la campaña. De hecho, fue mi hermano, diestro en la confección de carteles, el que me iba poniendo al tanto de los avances de nuestro pariente.<br />
<br />
Nuestro candidato era optimista. El alcalde de ese entonces era un acciopopulista que no había realizado una gestión que se podría considerar exitosa. El distrito no se encontraba en su mejor momento y eso abonaba a la posibilidad de ganarle en la contienda electoral.<br />
<br />
<a name='more'></a>Mi hermano me contó que con los pocos recursos con los que se contaba organizaron caminatas en las que mi pariente se acercaba a los transeúntes y les daba la mano y les indicaba los lineamientos básicos de su plan de trabajo para la municipalidad. Otro de mis parientes, bastante conocedor de los vecinos del distrito, lo acompañaba para “presentarlo” cuando se topaba con un grupo que conociera.<br />
<br />
Todos fueron destinatarios de sus saludos, incluso aquellos desfavorecidos que pasaban las noches libando algún licor en las calles del distrito tuvieron la oportunidad de estrechar la mano del candidato.<br />
<br />
Mi hermano me contaba que todo iba viento en popa. El alcalde evidentemente gastaba todos sus recursos para renovar su mandato pero al conversar con los vecinos se notaba un descontento hacia él. Era la oportunidad de destronarlo aprovechando las debilidades de su gestión. Además, me contaba mi hermano, la candidatura de nuestro pariente parecía haber pegado, las sonrisas se multiplicaban entre los vecinos y los apretones de mano se veían sinceros.<br />
<br />
Las caminatas, el único recurso al que se podía acudir entonces, parecían estar funcionando, los vecinos respondían positivamente cuando se les preguntaba si estaban dispuestos a votar por nuestro pariente.<br />
<br />
“Creo que podemos ganar”, recuerdo que me dijo mi hermano. Su entusiasmo se me contagió, debo confesar. Y ¿por qué no? Mi pariente era un profesional exitoso y conocido en el distrito y el distrito era pequeño, las caminatas lo habían acercado a los vecinos que lo conocían pero también a los que no conocían su trayectoria. Era factible el triunfo electoral, pensaba.<br />
<br />
Cuando ya se acercaba la fecha de las elecciones había que hacer un último esfuerzo, así que decidimos colocar todos los afiches que se pudiera en el distrito.<br />
<br />
Mi tío le tomó una serie de fotos y de entre ellas se escogió aquella en la que nuestro pariente se mostraba triunfador, con los brazos en alto, como un jugador que acaba de meter un gol en la final del mundial. Su mirada hacia arriba lo asemejaba a un profeta que conversaba con Dios. Sin duda, era LA FOTO.<br />
<br />
Los afiches se confeccionaron rápidamente y se decidió colocarlos en una de las madrugadas más próximas a las elecciones.<br />
<br />
Mi apoyo ya no podía seguir siendo anímico, tenía que ‘poner el hombro’.<br />
<br />
Llegué a la oficina de campaña –la casa de un primo– una madrugada junto con mi hermano. Ahí nos encontramos con el resto del comando de campaña que básicamente estaba conformado por los parientes que vivíamos por los alrededores, más dos jovencitos que se contrató con el exiguo presupuesto de campaña.<br />
<br />
Nos apertrechamos con una buena cantidad de afiches y nos repartimos el distrito. Las zonas más alejadas se las dejamos a los chicos, nosotros –los voluntarios– tomamos las cercanías.<br />
<br />
Pegamento y afiches, esa era todo nuestro capital electoral entonces, y muchas ganas de ayudar al candidato.<br />
<br />
Empezamos el recorrido y colocamos los afiches en cuanto espacio virgen pudimos divisar. Algunos otros candidatos ya habían pegado sus fotos en algunas zonas pero, en verdad, habían dejado suficiente espacio como para terminar de apuntalar la candidatura del partido –cuyo nombre no recuerdo en estos momentos.<br />
<br />
Pegamos y pegamos afiches durante una hora y nos sentíamos optimistas por el posible resultado que veríamos en unos días. Yo no lo sabía entonces pero casi fui inscrito como candidato a regidor de la lista, acompañando a mi pariente; sin embargo, el desconocimiento de mi número de libreta electoral –en esa época no había DNI– por parte del representante de la lista al momento de la inscripción me privó de ese privilegio.<br />
<br />
Recuerdo que casi al final de nuestra jornada una anciana salió de su casa a divisar nuestro trabajo y a vigilar que no pegáramos nada en su muro. Sin embargo, su esfuerzo fue en vano.<br />
<br />
Detrás nuestro escuchamos un rumor de autos y personas; por una de las calles iban apareciendo luces y voces en cantidades que no creíamos posibles. Un verdadero ejército de hombres y mujeres transportados en camionetas y autos comenzó a empapelar prácticamente toda la calle en la que nos encontrábamos.<br />
<br />
Nos quedamos quietos, la anciana también se quedó quieta, estábamos impávidos al ver cómo el rostro del actual alcalde se multiplicaba hasta el infinito en todas las paredes de la cuadra. La faz de nuestro candidato, quedó oculta bajo una capa de afiches que nunca imaginé ver en mi vida. Era la obra de una maquinaria bien aceitada que funcionaba como un reloj suizo de la publicidad política callejera.<br />
<br />
Luego de cambiarle la faz a la cuadra pasaban a la siguiente y así con todas las cuadras que nuestra vista alcanzaba a observar en aquella noche. Cuando ellos se fueron seguíamos quietos junto a la anciana que no atinó sino a entrar, derrotada, nuevamente a su casa. El alcalde nos observaba sonriente desde todos los muros de la calle, se seguía riendo cuando nos fuimos del lugar.<br />
<br />
A pesar de ello seguíamos optimistas. Toda esa cantidad de papeles podía haber enterrado nuestro esfuerzo de madrugada pero no sería suficiente para hacer olvidar a los vecinos todas las caminatas que mi pariente dio por el distrito abrazando señoras, dando la mano a los hombres trabajadores del lugar y –seguramente– besando niños.<br />
<br />
– Debemos estar segundos o primeros, creo que podemos ganar; me dijo mi hermano. Él no se basaba en ningún estudio de mercado, su instinto político le decía que los esfuerzos propagandísticos del alcalde no serían suficientes para vencer al cariño que los vecinos habían demostrado hacia nuestro pariente.<br />
<br />
Cuando llegó el día de las elecciones ganó el candidato de Ricardo Belmont*. Nadie lo conocía –porque no había hecho campaña– pero igual ganó.<br />
<br />
<br />
<span style="color: #666666;"><span style="font-size: small;">* Ese año Ricardo Belmont ganó la alcaldía provincial y muchas de las distritales, incluso en los distritos en los que no había presentado candidato. Cosas del electorado peruano. </span></span>José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-19024207778023583512013-03-29T15:24:00.000-05:002013-06-08T12:05:28.836-05:00Semana SantaCuando vi pasar la procesión frente a mi casa no me atreví a salir. Había mucha gente, era de noche y a los pocos años que tenía entonces sólo me quedó observar por la ventana. Cristo se veía agonizante, adolorido y los rostros de mis vecinos –de mis vecinas, especialmente– denotaban algo de tristeza. Creo que no entendía la devoción o al menos no sabía cómo encontrarla en esos rostros tristes.<br />
<br />
No entendía tampoco porque habían matado a Jesús. Después de todo, no hizo nada malo, de acuerdo a todas las películas que había visto entonces. Jesús era el héroe que ofrendaba su vida por nosotros, pero yo no entendía porqué. Si hubiese muerto sacando del fuego a alguien, o hubiese cambiado su vida a cambio de que los romanos no mataran a los judíos lo hubiese entendido más fácilmente. Pero nadie me explicó.<br />
<br />
Sólo cuando crecí y –hay que decir la verdad– me lo explicaron unos amigos evangélicos, comprendí el algo intrincado mecanismo que hacía que su muerte nos salvara. Entonces lo comprendí, y también entendí porqué no me habían explicado nada de chico: no lo hubiera entendido.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Pero no sé si todos lo entienden, y no sé tampoco si es necesario que todos tengan un entendimiento teológico de lo que Jesús hizo. Yo lo necesitaba, pero mi mamá, por ejemplo, no. Ella simplemente cree y siento que en realidad ese es el mejor tipo de fe, quizás sea el único.<br />
<br />
“Yo te creo si tú me dices algo”, me dice con sencillez mi mamá cuando conversamos sobre ‘religión’. Sí, quizás ella me crea todo lo que le digo pero estoy seguro que lo que yo pueda demostrarle no le movería ni un milímetro su fe.<br />
<br />
Creo que debe ser bueno tener fe. Sobre todo en Dios.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-63875743084096415962013-03-26T23:43:00.001-05:002013-06-08T12:07:27.140-05:00La levaRecuerdo que me encontraba en un autobús rumbo a Huacho por la carretera Panamericana para una reunión. Iba con unos amigos de la universidad cuando repentinamente sentimos que el bus se había detenido, luego de unos instantes unos soldados ingresaron al bus y mirando a los rostros me escogieron a mí y a otro chico. “Bajen”, nos dijeron.<br /><br />El que daba las órdenes aparentemente era un sargento, o algo así, y sin esperar ninguna respuesta se bajó del bus esperando que lo siguiéramos. Cuando bajé me acerqué a uno de los soldados, el que más ‘cara de buena gente’ tenía y le pregunté qué podía hacer. “¿Tienes un documento o algo de que hayas hecho servicio?”, me preguntó. “Sí”, le dije, y volví a subir al bus para buscar en mi maleta mi libreta militar.<br /><br />En Lima ‘algo’ me dijo que sería mejor llevarla ‘por si acaso’ y por ello la tenía conmigo cuando nos detuvieron. Bajé con mi libreta de la Marina en la que decía “Reserva Disponible” –había ingresado a la PUCP, así que por ello me exoneraron– y se la mostré al sargento.<br />
<br />
<a name='more'></a>“¿Eres de la Marina?”. “Si”, le contesté. Supongo que el sargento meditó que si levaba para el Ejército a alguien que ya era de la Marina podría tener problemas, así que me dejó ir.<br /><br />Luego volteó hacia el otro chico que se veía asustado y le preguntó si tenía papeles. “No, tengo 17, recién me voy a inscribir”, le dijo. “Te vienes con nosotros”, le dijo el sargento, y se lo llevaron a un camión portatropas que estaba estacionado a un lado de la carretera.<br /><br />Quería ayudar al otro chico pero no sabía cómo, así que lo único que se me ocurrió fue subir de nuevo al bus y buscar un lapicero y un papel para pedirle al chico un teléfono al cual llamar apenas y llegue a Huacho. Suponía que alguien lo estaría esperando y que al saber que lo había levado el Ejército al menos sabría dónde buscarlo.<br /><br />Pero cuando bajé el camión ya se había ido.<br /><br />No creo en el servicio militar obligatorio sino en uno voluntario. Un servicio que atraiga a los chicos por las prestaciones y ventajas que pueda obtener, y no atemorice por los abusos que puedan sufrir los conscriptos.<br />José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-43272488954006632392012-07-07T14:04:00.003-05:002013-07-06T10:43:05.696-05:00A mis profesRecuerdo que durante una clase de literatura en el colegio mi profesor se ufanó de haber tenido de maestros a los más destacados literatos que podíamos mencionar. Mis compañeros comenzaron a lanzar nombres y mi profesor nos decía el curso que había llevado con él en la universidad. Yo no pude resistir el reto y pregunté por uno de los ‘maestros de maestros’: LAS.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUhSVIT1sRlVfkFhXmS7AaisG459HcpRrtoyA3_0ffT5J6sAhV8lnvohWhXxE-RbWjDtA2A8t69tTCR0b1crzxlvnN4J8lmWe1oWg9a2VkCFqp-xGSGAJ-KO4GRXL_cfzri-bgUw/s1600/961834_84106553.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUhSVIT1sRlVfkFhXmS7AaisG459HcpRrtoyA3_0ffT5J6sAhV8lnvohWhXxE-RbWjDtA2A8t69tTCR0b1crzxlvnN4J8lmWe1oWg9a2VkCFqp-xGSGAJ-KO4GRXL_cfzri-bgUw/s400/961834_84106553.jpg" width="400" /></a></div>
“¿Luis Alberto?”, le pregunté. No fue necesario que dijera Sánchez, su apellido sobraba en el contexto de la conversación. Mi profesor me indicó el curso que había disfrutado con el maestro y entonces comencé a pensar cómo habría sido llevar una clase con LAS. Todo un semestre con el maestro.<br />
<br />
En otra clase recuerdo que mi profesor de Historia dejaba a un lado el libro de texto que nos indicaba el colegio y cargaba bajo uno de sus brazos un conjunto de obras que tenía marcadas con papelitos. Las abría y nos pasaba a leer un párrafo o dos de “Los Doce Césares” o nos mostraba una foto antigua del jirón de la Unión llena de banderas extranjeras en los balcones y tomado por la tropas chilenas que ya habían entrado a Lima, durante la Guerra del Pacífico. “Nadie era peruano en ese momento en el jirón de La Unión”, recuerdo que nos dijo.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
Incluso ese mismo profesor le tocó el curso más ‘hueso’ que podría tener que enseñar alguien en un colegio: Educación Cívica. De mis experiencias anteriores esperaba que el curso se desarrollara como unos inacabables 45 minutos en los que nos volverían a repetir el origen de la bandera, de la escarapela o del himno. Y a decirnos que la familia es la célula básica de la sociedad.<br />
<br />
El primer día de Educación Cívica volví a ver al profesor llevando su cúmulo de libros bajo el brazo. Y nos comenzó a leer, de una manera ya habitual en sus cursos de historia, los orígenes de los conceptos cívicos que otros nos enseñaban ‘de paporreta’. Me maravillé cuando comprendí que esas ‘cosas’ que nos enseñaban sobre el estado, la nación y la familia tenían un sustento más elaborado y preciso del que hasta entonces les conocía. Mi profesor no me falló, me enseñó.<br />
<br />
Si hasta ahora recuerdo estos episodios es porque ellos los hicieron importantes para mí. Recordar una clase de hace 25 años no es sencillo pero rescato el valor que le puede dar un buen profesor al tema más modesto que pueda encontrarse en el colegio.<br />
<br />
Y luego fue mi turno de pasar por la universidad. Llevé la clase de historia del Perú con José Antonio del Busto y no la aprobé. La segunda vez me volví a inscribir con él, a pesar de que tenía la oportunidad de inscribirme con el otro profesor –al ser más antiguo si llegué a alcanzar esa matrícula– pero preferí ‘sacarme el clavo’. Fue en esos momentos una decisión llevada más por la terquedad que por el reconocimiento de estar ante un Maestro. De eso me di cuenta después.<br />
<br />
Él me hizo leer “Francisco Pizarro: el marques gobernador” y otros de sus libros, me hizo visitar el museo de historia y me pidió en un examen que le describiera lo que vi en esa visita. Cierto, sus exámenes descansaban mucho en la capacidad de recordar libros o visitas a museos, pero sus clases eran una viaje al Perú antiguo. Era como estar ante un relator de cuentos. Eso también lo recuerdo claramente.<br />
<br />
Ahora, entiendo que una parte de lo que soy y de lo que pienso se lo debo a estos Maestros. Y doy gracias por haberlos conocido y haber sido uno de sus afortunados alumnos.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-35794271429778347362012-06-18T00:38:00.001-05:002013-08-09T12:10:20.131-05:00El Jardín Secreto en VersallesCualquiera que me conoce sabe que la moda no es uno de mis temas de interés. Sin embargo, el video que recientemente Dior ha lanzado a través del portal YouTube, sinceramente, me ha cautivado.<br />
<br />
Y no podía dejar de hacerlo. La combinación de imágenes en blanco y negro, y en color, muestran la fastuosidad de un palacio que deja impresionado a cualquiera. La estética de las imágenes es impresionante y debo confesar que la primera vez que lo vi me sorprendió. Lo observé con detenimiento varias veces y cuando lo encontraba como publicidad al buscar otros videos no me animaba a pulsar el botón que YouTube nos ofrece a los cinco segundos de reproducción para 'saltearnos' el comercial. Simplemente, me quedaba viéndolo.<br />
<br />
Cuando dejé de encontrarme con él lo busqué adrede en YouTube. Ahí pude ver a través de los comentarios que no soy el único entusiasta con esta producción. Otros también comparten su asombro por el hecho de que un video de una marca con la que no guardaban relación los haya cautivado. Algunos atribuyen su atractivo a la locación del video (el impresionante <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_Versalles" target="_blank">Palacio de Versalles</a>), mientras que otros lo hacen a la bien escogida canción que sirve de fondo a las imágenes: <a href="http://youtu.be/GnFWXPM7Rno" target="_blank">Enjoy the Silence</a> de Depeche Mode. Una de mis canciones favoritas.<br />
<br />
Creo, como lo hace un tercer grupo, que es la combinación de estos dos elementos más la maestría en la manufactura de las imágenes. Dior, Depeche Mode, Versalles. ¡Que tal mixtura!<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" src="http://www.youtube.com/embed/V6hKNZ4wX0o" width="640"></iframe></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-83169627698827979102012-06-10T13:00:00.000-05:002013-08-10T13:27:50.200-05:00Men in Black 3, en 3DUna de las películas que esperaba ver en estos días era Men in Black 3. Las anteriores no las había visto en el cine así que me encontraba altamente interasado en esta experiencia.<br />
<br />
Llegué con mi delgada al cine y solo había entradas para la versión en 3D de la película. No lo dudé un instante, compré las entradas a pesar de que sospechaba, como en otras oportunidades, que la película no aprovecharía bien los efectos 3D.<br />
<br />
Y no me equivoqué. Men in Black 3 es una película que tranquilamente se puede ver en 2D y no te pierdes de nada. Realmente, no sé para que sacan una versión en 3D de una película si no van a aprovechar esta cualidad. Pero bueno, ya estaba sentado así que tenía que disfrutar la cinta.<br />
<br />
No es obviamente una historia que vaya a ganar algún premio en Europa o Canadá pero sí es una cinta que cumple con el objetivo: hacernos pasar un momento agradable.<br />
<br />
Will Smith es traducido por el mismo actor que lo interpretaba en el Príncipe del Rap (al menos así se llamaba en el Perú "The Fresh Prince of Bell Air") así que eso es un punto a favor de la pelicula. También me gustó el personaje que es capaz de vivir simultáneamente varios 'espacios tiempos' (¿se dice asi?) y que ayuda a los héroes de la película.<br />
<br />
Andy Wharhol y la explicación de su personalidad, también es un momento interesante de la película. Y no digo más porque quizás aún no la han visto y no quieren más detalles.<br />
<br />
Solo les digo que es entretenida, que son unos buenos minutos para relajarse del día a día.<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/X9ACTM-LxXA?rel=0" width="560"></iframe></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-13210026245638122562012-06-08T13:15:00.000-05:002012-06-08T13:26:07.285-05:00La buena imagen del Perú (en el exterior)Hace poco tiempo me reuní con un ejecutivo extranjero de una importante empresa tecnológica. Lo usual: entrevistarlo sobre las novedades que ofrecía su compañía y aclarar algunos puntos con respecto a la industria en la que se encontraba. Realmente, la entrevista fue productiva, pero lo que me llamó la atención fue lo bien que habló del Perú al inicio de la charla.<br />
<br />
Por un momento consideré que simplemente el entrevistado buscaba quedar bien hablando maravillas del país, pero noté en su tono de voz una gran sinceridad. Es decir, realmente él pensaba que el momento por el que atravesaba nuestro país era inigualable, que las cifras macro eran estupendas y que, particularmente en su industria, el Perú representaba una 'locomotora' de crecimiento.<br />
<br />
<i>¿Qué? ¿Acaso no ha visto las noticias?</i>, pensé. Por un momento me vi tentado a relatarle los problemas por los que pasamos ahora en el país pero estimé que no era conveniente ya que él se encontraba sinceramente positivo con respecto a cómo nos iba en el campo económico y hubiera sido injusto el enrostrarle un tema (nuestros conflictos sociales) que seguramente no es de conocimiento internacional.<br />
<br />
Y siguió la entrevista. Pero me quedó la duda de cómo es que nos perciben en el extranjero.<br />
<br />
Si antes el país era sinónimo de terrorismo y Sendero Luminoso ahora nos pasa lo contrario. Ahora el Perú es Machu Picchu -una de las Siete Maravillas Modernas del Mundo- pero también es comida y espectaculares cifras de estabilidad macroeconómica. Y si antes buscábamos decir que el Perú no es solo Sendero y terrorismo, ahora creo que me dio sinceras ganas de decirle que el país no es solo buenas cifras macroeconómicas.<br />
<br />
Y creo que eso no es ser pesimista.<br />
<br />
La fortaleza de nuestra economía se puede ver en Lima pero las imágenes de la televisión nos han mostrado que ese discurso no ha calado en otros lugares del país.<br />
<br />
Basta recordar que en 2006 Humala (entonces antisistema) perdio las elecciones 'por un pelo', y que ahora tenemos más de dos centenares de conflictos sociales. Todo ello en un país 'próspero'.<br />
<br />
Creo que debemos tomar las cifras como lo que son: cifras macro; pero en el campo micro aún vemos mujeres y niños vendiendo golosinas en prácticamente cada semáforo, y en los autobuses los vendedores ambulantes entran unos tras otros para ofrecer sus productos.<br />
<br />
Sí, hemos avanzado. Antes un extranjero no hablaba bien del crecimiento de nuestro PBI o de las capacidades del mercado peruano. Es más, eran pocos los que venían en comparación con el número que podemos ver ahora en los hoteles capitalinos.<br />
<br />
Sin embargo, creo que podré decir que 'sí la hicimos' el día que no haya vendedores en los semáforos, que la gente no viva entre plásticos y cartones y que el optimismo de Lima sea parte también del discurso de todas las demás regiones. Espero, como dicen las proyecciones, que en el tiempo que me queda de vida vea ese país.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-11941888087980998842012-04-05T11:20:00.000-05:002012-06-03T13:17:41.184-05:00Recuerdos del 5 de abrilDebo confesar algo, si una encuestadora me hubiera preguntado hace 20 años si apoyaba el cierre del Congreso, habría dicho que sí.<br />
<br />
Tenía 20 años y quería que las cosas se hicieran rápido. Dos cámaras legislativas (diputados y senadores) me parecían excesivas para la velocidad que se debería imprimir al cambio del país. Lo mejor era hacer las cosas ejecutivamente, sin tantas charlas y discursos rimbombantes.<br />
<br />
En la universidad, la <a href="http://www.pucp.edu.pe/" target="_blank">PUCP</a>, había sido testigo también del descrédito que implicaba estar relacionado a un partido político. Recién ingresado asistí a unas elecciones estudiantiles en donde una de las peores acusaciones que podía recibir una agrupación era la de estar ligado a un partido político. La izquierda nunca se presentó en mi salón de clases, y el ARE (representante en las universidades del <a href="http://www.apra.pe/" target="_blank">APRA</a>) estaba conformada por tres felinos.<br />
<br />
La desaparición de los partidos políticos me parecía entonces una justa consecuencia por el desastre que habían provocado en los años 80 (hiperinflación y crecimiento del terrorismo, principalmente). No merecían nada, ni siquiera que los defendiéramos cuando les cerraron la 'chamba' y los reprimían con varazos, golpes y chorros de agua.<br />
<br />
Sin darme cuenta -o quizás sí, pero no me importaba- había dejado de creer en los partidos, en los políticos y en la forma en que se nos había presentado la democracia.<br />
<br />
Me equivoqué.<br />
<br />
Tarde unos meses en darme cuenta del error. Como alguien -que no recuerdo- dijo alguna vez "la democracia no es perfecta, pero es la forma menos mala de gobernar un país", o algo así.<br />
<br />
Lo que vivimos entonces no fue la destrucción de los partidos sino de la democracia. Y lo que me había pasado fue que había caído en el camino fácil de creer que una autocracia nos podría resolver los problemas.<br />
<br />
Ciertamente, se resolvieron algunos problemas (economía, terrorismo) pero se exacerbaron otros (corrupción, intolerancia) pero al costo de hacernos creer que la democracía es una forma inferior de vida. Cuando en realidad es todo lo contrario.<br />
<br />
La democracia no es sencilla pues implica el respeto a la opinión del otro y la resolución de los problemas teniendo en cuenta estas diferencias. Lo más sencillo es pasar por sobre los otros para finiquitar un tema, para 'resolver' una cuestión, pero la experiencia nos ha mostrado que si hacemos las cosas 'al caballazo' luego tendremos que reparar los daños.<br />
<br />
Lo mejor es trabajar en democracia, con respeto a la ley pero sobre todo a los demás, incluyendo su forma de pensar.<br />
<br />
Ahora entiendo que esas personas que se enfrentaron a los policias y militares de entonces (lastimosamente, siguiendo órdenes equivocadas) no estaban defendiendo su 'chamba' sino una forma de sociedad mejor. Ciertamente, con muchas fallas que se deben resolver, pero mejor al fin y al cabo.<br />
<br />
Lo que me queda claro de ese 5 de abril es que uno puede equivocarse pero es peor mantenerse en el error.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-15321260527637681892012-01-11T01:01:00.002-05:002013-08-09T12:10:56.147-05:00Una broma muy caraNo me imagino cuanto se habrá gastado para hacer este tipo de bromas. Pero bueno, el que puede, puede.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/tFWG43smRqY" width="560"></iframe></div>
José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-55477698539989630292011-11-12T19:21:00.001-05:002011-11-12T19:21:52.871-05:0011.11.11Es sábado 12 y el mundo no se ha acabado, de nuevo. No recuerdo cuántos pero estoy seguro que en estos últimos años se han multiplicado los agoreros que afirmaban que el mundo se iba a terminar en tal o cual fecha. Afortunadamente, todos han fallado. <br /><br />Sin embargo, lo que más me sorprende es que le hayamos dado tanta cabida y tanta atención a estas supuestas profecías. Los canales de televisión, diarios, revistas e incluso las redes sociales se movieron alrededor de este tema de la misma manera en que lo hicieron el año 2000, el año 1900, y sabe Dios en que otras tantas fechas.<br /><br />El fin del mundo no se produjo y probablemente no se producirá sino hasta dentro de unos miles de años, cuando el Sol, siguiendo su natural ciclo de vida, se agrande tanto que termine engullendo a nuestro planeta. Pero ello, con seguridad, no lo veremos nosotros.<br /><br />Entonces, ¿por qué tanta preocupación por el fin del mundo?<br /><br />Hay gente que vive de esto. Todos ya sabemos quiénes son: ‘astrólogos, videntes, brujos y brujas’, y un largo etcétera; quienes además han recibido la entusiasta colaboración de algunos medios que han llenado sus espacios con estas noticias catastróficas.<br /><br />La verdad, creo yo, es que el fin del mundo es un evento particular para cada uno de nosotros.<br /><br />No debemos esperar ese evento cataclísmico que vemos en las películas de Hollywood sino el natural curso de nuestras vidas para presenciar el fin de nuestro mundo. Nuestra muerte es el fin de nuestros días, es el evento al que no podemos escapar y que le ocurre, por igual, al pobre y al rico, al africano y al asiático, al joven y al viejo. Ese es el fin del mundo.<br /><br />¿Para qué entonces preocuparse de que un meteorito o asteroide destruya el planeta? El fin del mundo puede llegarnos bajo la forma de un conductor ebrio, de una grave enfermedad o de un asaltante. Y, por supuesto, el fin de nuestro mundo nos puede llegar por el simple hecho del propio envejecimiento.<br /><br />Estos fines del mundo son más certeros y más directos que cualquiera de las formulas numerológicas que hayas escogido para explicar porque ayer (11.11.11) no pasó nada.<br /><br />Debemos, entonces, prepararnos para nuestros particulares fines del mundo. No sabemos cuándo llegarán ni cómo se desarrollarán, pero sí sabemos que nos llegarán a todos.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-47410976376525202782011-10-29T11:04:00.002-05:002013-08-09T12:12:34.958-05:00Sangre, sudor y lágrimasDurante la Segunda Guerra Mundial Inglaterra fue inmisericordemente bombardeada por la hasta entonces invencible fuerza aérea alemana. El objetivo de los nazis era minar la moral de los ingleses y destruir al gobierno del único país que detenía su avance en Europa Occidental. En medio de los edificios en llamas Winston Churchill, el primer ministro británico de entonces, soltó la famosa frase para describir lo que podían esperar los ingleses de su gobierno en el futuro cercano: “sólo les prometo sangre, sudor y lágrimas”.<br />
<br />
Algo similar le ha ocurrido a la prensa peruana. Ella nos ha prometido regalarnos cantidades generosas de estos fluidos corporales a través de sus <i>realities</i>, de sus noticieros y de sus portadas en los quioscos; el caso de Ciro Castillo no ha sido sino el pico más elevado en el cumplimiento de esta promesa. <br />
<br />
Este estado de las cosas, sin embargo, no se logró sólo a partir del esfuerzo de los medios; nosotros colaboramos aceptando una complicidad que se hizo tangible en el incremento de los tirajes y los <i>ratings</i>. Fuimos nosotros los que consumimos con gran entusiasmo cada espacio que nos detallara –en medio de los mensajes de los anunciantes– el infortunio de este hombre.<br />
<br />
¿Qué fue primero? ¿Este tipo de noticias o nuestro deseo de verlas?<br />
<br />
Con seguridad soy de aquellos que no comprenden cómo los medios y las personas se han involucrado en esta relación ‘simbiótica’ de morbo-información. Tampoco entiendo por qué los noticieros de una hora de duración pueden llegar a dedicar casi el 60% de su tiempo a la crónica del atropellado, del muerto en un asalto, o del famoso encontrado ebrio en la calle.<br />
<br />
Me es igualmente incomprensible el motivo por el que los realities buscan hacer que algún famoso baile, o quede encerrado en una casa llena de cámaras esperando a que se desnude o suelte una palabrota contra otro famoso.<br />
<br />
Aunque quizás la respuesta es muy sencilla: es lo que le gusta a la gente.<br />
<br />
Realmente, ¿es eso lo que nos gusta? <br />
<br />
Recuerdo a una persona que me decía que no le agradaba para nada “Trampolín a la Fama”, allá en los años 80; sin embargo, no se perdía ningún sábado en la noche la emisión del programa. <br />
<br />
Me pregunto cuántos de nosotros hacemos lo mismo. Cuántos de nosotros criticamos pero seguimos consumiendo ese tipo de contenido.<br />
<br />
Creo que debemos ser consistentes con lo que predicamos. Si no nos gusta –por considerarlo inapropiado– debemos dejar de consumir estos contenidos, a menos, claro, que nuestro discurso sea tan solo un montón de palabras para quedar bien con el círculo de amigos. <br />
<br />
A diferencia de los años 80 –cuando había solo tres canales y unos pocos diarios– ahora tenemos una enorme cantidad de posibilidades de contenido. Ahora tengo la posibilidad de consumir sólo aquello que me interesa –y en verdad son tantas las cosas que me han dejado de interesar en la televisión y en los diarios locales.<br />
<br />
Esta decisión, por ejemplo, me hizo desistir de ver la mayor parte de los programas de los fines de semana porque ya sabía que la noticia sería nuevamente Ciro.<br />
<br />
Ciro fue una constante que me hizo ver que el amor de un padre puede mover montañas pero, lamentablemente, también fue una oportunidad para ver hasta donde se podía llegar con tal de vender más noticias.<br />
<br />
Espero que ahora que ya fue enterrado Ciro descanse en paz, y que su familia retome su vida. Todos debemos hacerlo.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-62874637632023317772011-08-13T15:03:00.000-05:002013-08-09T12:05:20.298-05:00Quiero Matar a mi jefe<br />
No se dejen guiar por el encabezamiento. Como le dije a un amigo que también se sorprendió por la frase éste no es más que el título de una peli que fui a ver el miércoles pasado con mi delgada. El original se llama <i>Terrible Bosses</i> y es una comedia que tiene por historia el común deseo de tres amigos de deshacerse de sus respectivos superiores.<br />
<br />
La película me gustó. Es una de esas clásicas producciones destinada a la gente de mediana edad que se siente identificada con las situaciones de los personajes. Y, ciertamente, cuando no se apela al amor –comedia romántica– se puede apelar al odio, como hicieron en este caso. Claro, ayuda mucho que la peli ofrezca ganchos muy efectivos como el de la jefa acosadora sexual que nos permiten ver a Jennifer Aniston como seguramente más de uno la habrá fantaseado.<br />
<br />
La película me recuerda mucho a “Qué pasó ayer” (<i>Hangover</i>) ya que es la historia de tres hombres a mediados de sus treintas y principios de sus cuarentas que tienen que soportar a tres jefes insoportables. ¿La solución? No soportarlos más, matarlos. Y es ahí donde se desatan las situaciones más cómicas.<br />
<br />
El elenco está lleno de figuras. Destacan Donald Sutherland en un breve papel como el buen y adorable padre del drogo-mujeriego-jefe Colin Farrell, Jennifer Aniston, y Kevin Spacey como los otros dos jefes insoportables; y Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis, como los sufridos empleados de la película.<br />
<br />
Intervienen también otros conocidos como Jamie Foxx como Dean ‘MF’ Jones –ya se imaginarán lo que significan las letras MF; e Ioan Gruffudd, ¿saben quién es? El Señor Fantástico, de Los Cuatro Fantásticos.<br />
<br />
Sin duda, una de las escenas más memorables es la de uno de estos desafortunados subalternos que no soporta más los desplantes e injusticias de su jefe y, lleno de ira, lo arrastra por la oficina frente a sus compañeros y lo lanza por la ventana del edificio, para beneplácito de sus colegas; y de algunos espectadores en el cine, diría también.<br />
<br />
Es una comedia entretenida como lo fue <i>Hangover</i> y bastante recomendable para aquellos que no quieren mucho a su jefe.<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/Eqldf_g8Iic" width="560"></iframe>José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-90885746968122192532011-07-29T12:28:00.001-05:002011-07-29T12:28:07.983-05:00Feliz 28 de Julio<br />
<br />
Llegaron las Fiestas Patrias, y con ellas todo el espectáculo que implica, además, un cambio de mando. Alan se fue, entra Ollanta. Alan no quiso pasar por el Congreso, dizque para evitar el bochorno que le podrían haber hecho los nuevos parlamentarios; mientras que Ollanta inaugura un nuevo estilo presidencial al casi no despegarse para nada de su primera dama, Nadine.<br />
<br />
<a href="http://www.flickr.com/photos/congresoperu/5985845489/" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;" title="Humala dirige su primer mensaje al País por Congreso de la Republica del Perú, en Flickr"><img alt="Humala dirige su primer mensaje al País" height="333" src="http://farm7.static.flickr.com/6010/5985845489_5f714908c2.jpg" width="500" /></a>Pero hoy 29, podemos decir que el gobierno de Humala comienza con una buena dosis de ají. Al jurar por 'el espíritu' de la Constitución del 79 Ollanta generó la piconería de toda la bancada fujimorista, especialmente de la congresista Marta Chavez, que no paró de gritar durante buena parte de la ceremonia, para delicia, sin duda, de nuestros invitados extranjeros, incluída su majestad, el Príncipe Felipe de Borbón.<br />
<br />
Sinceramente, me dio roche. ¿Es que no se puede 'lavar los trapitos sucios en casa'? ¿Era necesaria esa provocación sabiendo cómo iban a reaccionar Marta Chávez y compañía frente a los invitados? Creo que se pudo haber tenido un mejor momento para realizar ese tipo de actos.<br />
<br />
Pero bueno, ya se hizo y creo que hay que seguir adelante, y no detenernos en esos argumentos, también innecesarios, que señalan la invalidez de la juremantación de Humala. ¡Ya hay que parar esto!<br />
<br />
Ya pasado todo este tumulto, creo que hay que dejarnos de mirar hacia dentro y observar lo que está pasando a nivel internacional.<br />
<br />
Estados Unidos se encuentra en la disyuntiva de ampliar su capacidad de endeudamiento. Hasta hoy el Congreso de ese país, específicamente los republicanos, no habían dado el pase a una iniciativa para poder ampliar esta capacidad. ¿Qué es importante en todo esto? Que sin ese dinero extra Estados Unidos no podría cumplir con el pago de sus Bonos del Tesoro, es decir, de los documentos más seguros del mundo. La otra opción es que Estados Unidos diga que no puede pagar, o sea, <i>default</i>. <br />
<br />
¿Estados Unidos <i>default</i>? Si pues, eso es lo que está pasando afuera y si eso sucede la economía mundial ingresaría a un escenario que nadie se imaginó, con la mayor potencia del mundo incapaz de pagar su deuda y con la otra mayor potencia del mundo, o sea, China, incapaz de cobrar el dinero que le ha prestado a Estados Unidos. ¿Problemático, no?<br />
<br />
Ya algo adelantó el presidente de Colombia luego de la reunión de Unasur, y economistas como Eduardo Morón y Bruno Seminario también han dicho algo al respecto. Hay que cuidarnos de una próxima recesión gringa y mundial.<br />
<br />
Comienza el trabajo en serio.<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><i>Foto: Congreso de la República del Perú. </i></span>José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-17340911490415896402011-07-25T00:02:00.004-05:002011-07-25T00:30:45.272-05:00Un desconocido llamado JoséEncontramos un hombre tirado en la calle. Liliana y yo habíamos salido a buscar un restaurante para cenar cuando en la cuadra siguiente a la nuestra vimos que alguien yacía sobre la pista. A su lado se encontraban sus anteojos y un poco más allá una bolsa con panes. Evidentemente se había caído.<br />
<br />
Le preguntamos qué le había pasado, y comenzó a balbucear algo. Le entendí que la casa que teníamos al frente era la suya y que deseaba que le alcanzáramos sus anteojos. Se los alcancé y se los puse ya que él no atinaba a hacerlo. Al acercarme me di cuenta que el hombre había bebido, y que evidentemente su lamentable estado se debía a los efectos del alcohol.<br />
<br />
Ya para ese momento había logrado sentarse sobre la pista y una vecina -que salió al vernos junto a él- nos ayudó a ponerlo de pie. El vigilante de la cuadra también se acercó y nos dijo que hace unos momentos lo había dejado sentado en la vereda frente a su casa, sus llaves habían desaparecido y por ello no podía ingresar. Sólo le quedaba esperar a que una chica a la que le alquilaba una parte de su casa llegara para abrile la puerta.<br />
<br />
El hombre me dijo que se llamaba José, al igual que yo, y que era funcionario de un ministerio. Al palpar sus bolsillos para buscar sus llaves no las encontramos pero sí hayamos pastillas contra la depresión. Me asusté un poco al pensar que podrían hacerle daño en combinación con el alcohol que le llenaba entonces el aliento.<br />
<br />
Pero el vigilante nos dijo que no nos preocupáramos, que era habitual que el señor José llegara embriagado y buscara discutir con las personas. Pero no discutió con nosotros. Simplemente me apretó la mano -que sentía muy fría- y nos agradeció que nos hubiéramos acercado a ayudarle. Quería entrar a su casa.<br />
<br />
«No puede señor, tiene que esperar a que alguien llegue con la llave», le dije. Siguió balbuceando, diciendo que quería entrar a su casa, que esa -señalando la pared verde limón frente a nosotros- era su hogar, pero que no había nadie ahí. Ningún familiar, ninguna esposa, o hijos que lo asistieran.<br />
<br />
Estaba vestido con saco y corbata pero el polvo que lo cubría le infería un aspecto de desamparo. Su pronunciada calvicie, su bigote y sus anteojos me hicieron recordar la vieja imagen que tenía de uno de mis profesores de colegio. Quizás por eso me conmovio aún más su situación.<br />
<br />
«Déjelo señor, ahí nomás», me dijo el vigilante. Su vecina ya se había retirado a su casa. Lo dejamos ahí, junto a su puerta, esperando que el vigilante lo cuidara en esa fria noche de invierno limeño.<br />
<br />
En ese momento me dio miedo la soledad.<br />
<br />José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-2167897744018571872011-05-06T11:00:00.000-05:002013-08-09T12:08:39.795-05:00Un poco de humorSí, quizás lo haz visto mientras hacías tu colita en el Interbank, pero de todas maneras vale la pena volver a verlo. Una lección de humor sin palabras.<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/IpOdTnF8MGI" width="425"></iframe>José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-68499841331311143902011-04-21T12:51:00.001-05:002013-08-09T12:07:29.144-05:00Simplemente CindyNo quiero escribir de política. Al menos no por lo pronto. Quiero escribir sobre Cindy, aquella rubia cachetona que conocí hace décadas y cuyo recuerdo me transporta a mis años de inocente felicidad adolescente.<br />
<br />
Tenía pinta de 'loca', y quizás lo era un poco. Pero igual me gustaba. Sus cabellos rubios teñidos de rojo y azul me maravillaban y sus ropas que parecían no guardar un orden o lógica me fascinaban. Pero ¿cómo le puede gustar a alguien como yo una 'loca' como Cindy? Quizás fue precisamente eso, lo diferente en ella, lo que me atrajo, junto con esos maravillosos ojos achinados.<br />
<br />
Años después confieso que la tenía en el olvido. Era parte de mi agradable pasado que, de vez en cuando, viene a mí gracias a algún suceso extraordinario. Me arrepiento de haberla abandonado.<br />
<br />
Pero, navegando, tonteando por ahí, la encontré de nuevo. Jóven como en aquellos años en que la conocí y con toda esa agradable personalidad que me hizo desear ser también un poco 'loco' como ella.<br />
<br />
Al oir nuevamente su voz volví a esos años de apagones, de hiperinflación, pero también de Cindy. Verla junto al Capitán Albano, a Nikolai Volkoff y a otros personajes que acompañaron esos maravillosos años me hizo recordar que a pesar de que el país era un desastre podíamos escaparnos a lugares remotos, a buscar tesoros, a cantar como estrellas de rock, y a sentir que estabas en el mejor lugar del mundo cuando te sentabas en una butaca de cine, frente a la tele o al lado de la radio.<br />
<br />
La oí cantar y volví a sentirme como un adolescente tonto, soñando con lo inalcanzable.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/LxLhytQ67fs" title="YouTube video player" width="480"></iframe><br />
<br />
Pero los años pasan.<br />
<br />
Ahora Cindy es una "tía regia", y sigue cantando con esa preciosa voz que hipnotiza. La encontré nuevamente en Argentina, gracias a YouTube, y al verla me convencí que las chicas bonitas, con el tiempo, se convierten en mujeres bellas.<br />
<br />
Y sigue siendo maravillosa.<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/e4Eo0EbVfJk" title="YouTube video player" width="480"></iframe>José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-11232170.post-45423529766066390012011-01-13T19:45:00.000-05:002011-01-13T19:45:09.698-05:00Facebook y políticaEs ambicioso querer escribir sobre el gigante de las redes sociales y sobre ese otro tema tan complicado: la política. Y supongo que querer escribir sobre la relación que hay entre ellos también es igualmente ambicioso, pero podemos empezar simplemente por decir aquello que percibimos; y eso es precisamente lo que deseo hacer ahora.<br />
<br />
Mi interés sobre esta relación se inició cuando vi como un amigo utilizaba su Facebook para expresar su malestar hacia un candidato. No sentí que fuera la clásica queja hacia un político sino mas bien una acción dirigida por una convicción política o, peor aún, por una consigna política. Sentí que su deseo no era quejarse sino dejar 'mal parado' al político que aludía para, de paso, resaltar la conveniencia de su candidato.<br />
<br />
La sensación fue extraña pues me había acostumbrado a leer de mi amigo notas como "vean las fotos de mis hijos" o "maravilloso paseo con la familia", y no historias como "ese candidato nos quiere hacer creer que...". Surgió en mí nuevamente el cuestionamiento hacia la política como una actividad que parece transformar a las personas que conocemos en militantes convencidos de la necesidad de hacer lo necesario para que triunfe su candidato.<br />
<br />
O quizás la política no los transforma, siempre fueron así, sólo que no los vi en su faceta de 'militantes' de una agrupación política. No lo sé.<br />
<br />
Lo que sí sé es que me deja una rara sensación el ver ese tipo de<i> posts</i> políticos en los Facebooks de mis amigos. Obviamente no les puedo decir que no escriban lo que deseen en sus propio muros, hay libertad de hacerlo. Pero sí quisiera que en los meses que están por venir su espíritu político no se apodere de sus muros virtuales y los transformen en marquesinas políticas del candidato de su preferencia. Para ello los candidatos tienen sus propias páginas y medios.<br />
<br />
Mi objetivo al ingresar a Facebook es enterarme de lo que mis amigos están haciendo, de lo que viven, de lo que viajan, de todo aquello que deseen compartir con sus amigos. No lo considero un espacio de convencimiento político. Por su puesto, ello no quiere decir que no apoyen abiertamente a su candidato, pero creo que la propia plataforma de Facebook nos da las herramientas necesarias (Páginas, Grupos) para hacerlo de manera ordenada y por separado de la información cotidiana de nuestros amigos.<br />
<br />
Es tan solo una opinión.José Trujillohttp://www.blogger.com/profile/11457688994675133215noreply@blogger.com