
El local era cómodo, con aire acondicionado, buena atención y además te ayudan a cantarle el Happy Birhtday ® al cumpleañero, así que fue unánime, fuimos ahí. Por suerte el editor se acomoda a las circunstancias y el gusto de sus compañeros de trabajo, no recuerdo qué pidio, pero sí se encuentra en mi memoria de la deliciosa Meat Lover, tamaño menú, que me comí en aquella ocasión.
Si, es cierto, disfruté del cumpleaños del editor, y lo acompañamos en la canción cuando la alegre camarera vino con el pitufinesco pastel de cumpleaños. De un solo resoplo –inflando sus cachetes cual Satchmo– apagó la velita y pidió su deseo cumpleañero. En realidad yo también pedí un deseo, pero no se cumplió, yo mismo tuve que comprarme un ventilador para la oficina.
Veamos cómo nos encontrará el siguiente aniversario suarezco.