domingo, 15 de julio de 2007

Chavín de Huantar

Liliana, con la luna de Huaraz de fondo.
Era el último destino que nos faltaba en Huaraz; por lo menos el útimo de entre los más conocidos a los que puedo acceder. Chavin es el centro de la cultura del mismo nombre y ciertamente hace un buen tiempo que me animaba la idea de visitar un lugar que sólo había conocido a través de los libros de texto en el colegio.

Me reuní con Liliana, mi delgada, en Huaraz y planeamos el viaje a Chavín. Acudimos a una de las agencias de turismo que se encuentran en el centro de Huaraz y contratamos el paquete a Chavín. 35 soles cada uno por un viaje al templo, con parada en el pueblo de Catac, para tomar un mate de coca, y en la laguna de Querococha para tomarse las fotos de rigor. A la hora del almuerzo se llega al pueblo de Chavín y ahí, prácticamente al lado, se encuentra el templo y las ruinas. Tomamos el tour pidiéndole a la chica que nos atendía que no ocurriese nada malo, como en una ocasión anterior en que –en otra agencia– no estábamos en la lista de pasajeros. Nos aseguró que nada malo iba a ocurrir y que nos esperaba a las 9:00 pues el bus partía a las 9:30 del día siguiente. Nos fuimos a descansar.

A pesar de todo, algo malo sucedió: no llegaba el guía. Esperamos como hasta las 10:30 para partir, una hora despúes de los programado, así que muchos se encontraban con los nervios de punta, sobre todo el grupo de jubilados que se encontraba en los asientos delanteros. Fue toda una experiencia.

José fue el nombre del muchacho que encontraron de reemplazo. Creo que conoce lo suficiente, pero no tenía manejo del grupo. Había que sacarle la información con cucharita y tenerle paciencia.

¿Algo más? Si, algo más. No nos dimos cuenta, pero el autobus en el que íbamos no tenía la placa trasera, así que ya se podrán imaginar que cada encuentro con un policía era otro retraso más. Paramos en la garita de control, dentro de la ciudad, en la carretera principal e incluso en la carretera secundaria que va hacia el templo. Justo cuando no se los necesita abundan los policias. Pero bueno, seguramente fue por nuestra propia seguridad.

El primer lugar al que llegamos, tal y como se había planeado fue Catac. Pero mejor eso lo dejo para la siguiente oportunidad. Por lo pronto les muestro en unas fotos la hermosa noche que encontramos en Huaraz el día anterior a nuestra partida hacia Chavín. La brillante luna huaracina, el cielo y los nevados nos ofrecieron una vista memorable.

Y si desean ver mas fotos pueden ir a mi respectivo album en Picasa:

Chavin 2007


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