Y pasó otro cumpleaños. No fue particularmente espectacular pero diría que fue el más 'social' que he tenido hasta el momento. Antes, recuerdo, me encontraba atento al correo electrónico porque era por esa vía que recibía la mayor parte de los saludos. Ahora ya no. El pasado jueves los amigos me saludaron a través del Facebook, mayoritariamente.
Otros escogieron un toque más personal llamando a mi celular, e incluso una de mis amigas me llamó exactamente a la medianoche del miércoles, como adivinando que me encontraba despierto a esas horas. A esa misma hora otra amiga me envió un correo electrónico, confiando en la velocidad de entrega del Gmail; y, por su puesto, Liliana me abrazó también a esa hora.
Fue sensacional, me sentí triplemente feliz porque recibí al mismo tiempo, y por tres vías distintas, el cariño de dos amigas y del amor de mi vida. Comencé así un nuevo año de mi existencia, el último de la base 3.