Desde que leí la crítica en la revista de cine «godard!» supe que tenía que ver la película. «Relaciones Peligrosas» es una peli que me llamó la atención cuando la vi en la portada de la revista de cine pero, como dije, se transformó en un «pendiente» ineludible cuando leí el contenido del artículo. Claro, en ocasiones, los críticos le «revientan cohetes» a pelis que terminan no gustándome pero ésta me daba buena espina, quizás por los actores que componen el reparto y que estimaba no trabajarían en cualquier obra ininteligible, o quizás por el hecho de haber sido dirigida por Sidney Lumet, el mismo director de «Tarde de Perros» o «Serpico». Sea como fuese, tenía que verla.
A la primera oportunidad fui al cine. Desafortunadamente, fue un día en el que el Cineplanet ofrecía su propio «Día del Cine», con entrada a cinco soles y posibilidad de ir al día siguiente al mismo precio con la presentación de un cupón. Había colas en la venta de entradas, pero no me percaté de la oferta sino hasta que la propia cajera me lo informó luego de venderme el boleto, para mi sorpresa, al precio reabajado.
Ya dentro del cine hubo que hacer cola de nuevo. No sé por qué, pero a los administradores del Cineplanet de San Miguel se les ha ocurrido poner tan buena peli en la Sala 13, esa que queda en el tercer piso y que tiene la pantalla tan incómodamente alta que uno tiene que arrellanarse en la butaca como astronauta para poder ver bien. Esa peli merece que se le asigne una sala mejor, pero creo que esas estaban reservadas para «Viaje al Centro de la Tierra» o «La Isla de Nim».
Las pelis deben tener un inicio espectacular, lo cual significa –como se lo escuche decir a un director en el special features de un DVD– o que matas a alguien o que pones a un pareja haciendo el amor. En este caso optaron por lo segundo, y valió la pena. Philip Seymour Hoffman –que ganó el Oscar a mejor actor en 2005 por «Capote»– aparece en la cama con la hermosísima Marisa Tomei, de 44 años muy bien llevados, realizando una sesión de amor poco estilizada, muy casera; la combinación de un gordo poco estético y una bella mujer amándose en la cama te captura inmediatamente. Quiero ser actor, pensé en esos momentos.
Completan el reparto Albert Finney –seguro lo recuerdan de Big Fish– y Hethan Hawke que actuó en películas como Lord of War (buena peli con Nicolas Cage) y Before Sunset (continuación de la romántica Before Sunrise).
La historia es simple: dos hermanos en problemas económicos –luego vemos que esos no son sus únicos problemas– deciden realizar un robo para salir de ellos, pero todo sale mal. El robo, más bien, los coloca en una posición peor a la inicial, desentierra viejos resentimientos familiares, y genera odios insuperables. Lo que al inicio parece que va a ser una película policiaca se transforma en una tragedia familiar.
El logro y la belleza de la cinta no se encuentran en la originalidad de la historia sino en el cómo se cuenta. Aquellos que han visto Mistic River recordarán que la trama de la peli también es simple, pero la manera en que Clint Eastwood la relata es lo que captura al espectador. Esa misma sensación fue la que experimenté en Before the Devil Knows You’re Dead (Antes de que el Diablo sepa que estás muerto) que es el título original de la película.
No voy a contar más. Quiero que la vean y vayan con una sola cosa en mente: es una buena peli, al menos para mí.