Volviendo de comprar algunos artículos en el supermercado, paso de noche a lo largo de la Av. Venezuela junto con mi delgada y lo que vemos es una repetición casi al infinito de videos de Alicia Delgado y Michael Jackson.
Conciertos, reportajes, entrevistas, parece que los grandes mayoristas de la piratería han aprovechado el timing y han inundado el mercado con videos de los artistas fallecidos. ¿Por qué será que apreciamos a las personas cuando mueren? Hace mucho que no escuchaba una canción de Jacko en las radios, y hoy escuché "Thriller" incluso como fondo de mis compras en el Plaza Vea. La verdad a Alicia Delgado no la había escuchado mucho, y ahora escribo este post con uno de sus huaynos de fondo, cortesía de CPN.
Ha sido una semana marcada por los detalles escabrosos de la muerte de estas dos personas y parece que aún tenemos para largo. Parece que no nos basta saber que Michael murió por el abuso de medicamentos, sino que nos empecinamos en averiguar qué combinación de fármacos le fue fatal. Ahora sabemos cuánto pesaba al morir y hasta el hecho de que ya estaba atacado por la calvicie.
De Alicia sabemos el número exacto de puñaladas y las dimensiones del cuchillo con el que se la apuñaló. Determinamos que tuvo relaciones íntimas poco antes de su muerte y que probablemente estuvo envuelta en un triángulo amoroso con personas de su círculo íntimo.
Nos fascinamos con los detalles y calificamos como muy peligrosas las relaciones lesbianas cuando estas terminan, en un asolapado acto de homofobia.
Ha sido una semana en que noticieros y diarios, e incluso el Twitter, estuvieron lleno de estas noticias. Ojalá no tengamos que soportar otra semana así.
Felizmente ya no estoy solo. Mi delgada ha vuelto y con ella incluso la semana más pesada se soporta mejor. Al final de nuestra caminata vemos un poco de televisión, un poco de Discovery, para desconectarnos de la actualidad.