No quiero escribir de política. Al menos no por lo pronto. Quiero escribir sobre Cindy, aquella rubia cachetona que conocí hace décadas y cuyo recuerdo me transporta a mis años de inocente felicidad adolescente.
Tenía pinta de 'loca', y quizás lo era un poco. Pero igual me gustaba. Sus cabellos rubios teñidos de rojo y azul me maravillaban y sus ropas que parecían no guardar un orden o lógica me fascinaban. Pero ¿cómo le puede gustar a alguien como yo una 'loca' como Cindy? Quizás fue precisamente eso, lo diferente en ella, lo que me atrajo, junto con esos maravillosos ojos achinados.
Años después confieso que la tenía en el olvido. Era parte de mi agradable pasado que, de vez en cuando, viene a mí gracias a algún suceso extraordinario. Me arrepiento de haberla abandonado.
Pero, navegando, tonteando por ahí, la encontré de nuevo. Jóven como en aquellos años en que la conocí y con toda esa agradable personalidad que me hizo desear ser también un poco 'loco' como ella.
Al oir nuevamente su voz volví a esos años de apagones, de hiperinflación, pero también de Cindy. Verla junto al Capitán Albano, a Nikolai Volkoff y a otros personajes que acompañaron esos maravillosos años me hizo recordar que a pesar de que el país era un desastre podíamos escaparnos a lugares remotos, a buscar tesoros, a cantar como estrellas de rock, y a sentir que estabas en el mejor lugar del mundo cuando te sentabas en una butaca de cine, frente a la tele o al lado de la radio.
La oí cantar y volví a sentirme como un adolescente tonto, soñando con lo inalcanzable.
Pero los años pasan.
Ahora Cindy es una "tía regia", y sigue cantando con esa preciosa voz que hipnotiza. La encontré nuevamente en Argentina, gracias a YouTube, y al verla me convencí que las chicas bonitas, con el tiempo, se convierten en mujeres bellas.
Y sigue siendo maravillosa.
jueves, 21 de abril de 2011
jueves, 13 de enero de 2011
Facebook y política
Es ambicioso querer escribir sobre el gigante de las redes sociales y sobre ese otro tema tan complicado: la política. Y supongo que querer escribir sobre la relación que hay entre ellos también es igualmente ambicioso, pero podemos empezar simplemente por decir aquello que percibimos; y eso es precisamente lo que deseo hacer ahora.
Mi interés sobre esta relación se inició cuando vi como un amigo utilizaba su Facebook para expresar su malestar hacia un candidato. No sentí que fuera la clásica queja hacia un político sino mas bien una acción dirigida por una convicción política o, peor aún, por una consigna política. Sentí que su deseo no era quejarse sino dejar 'mal parado' al político que aludía para, de paso, resaltar la conveniencia de su candidato.
La sensación fue extraña pues me había acostumbrado a leer de mi amigo notas como "vean las fotos de mis hijos" o "maravilloso paseo con la familia", y no historias como "ese candidato nos quiere hacer creer que...". Surgió en mí nuevamente el cuestionamiento hacia la política como una actividad que parece transformar a las personas que conocemos en militantes convencidos de la necesidad de hacer lo necesario para que triunfe su candidato.
O quizás la política no los transforma, siempre fueron así, sólo que no los vi en su faceta de 'militantes' de una agrupación política. No lo sé.
Lo que sí sé es que me deja una rara sensación el ver ese tipo de posts políticos en los Facebooks de mis amigos. Obviamente no les puedo decir que no escriban lo que deseen en sus propio muros, hay libertad de hacerlo. Pero sí quisiera que en los meses que están por venir su espíritu político no se apodere de sus muros virtuales y los transformen en marquesinas políticas del candidato de su preferencia. Para ello los candidatos tienen sus propias páginas y medios.
Mi objetivo al ingresar a Facebook es enterarme de lo que mis amigos están haciendo, de lo que viven, de lo que viajan, de todo aquello que deseen compartir con sus amigos. No lo considero un espacio de convencimiento político. Por su puesto, ello no quiere decir que no apoyen abiertamente a su candidato, pero creo que la propia plataforma de Facebook nos da las herramientas necesarias (Páginas, Grupos) para hacerlo de manera ordenada y por separado de la información cotidiana de nuestros amigos.
Es tan solo una opinión.
Mi interés sobre esta relación se inició cuando vi como un amigo utilizaba su Facebook para expresar su malestar hacia un candidato. No sentí que fuera la clásica queja hacia un político sino mas bien una acción dirigida por una convicción política o, peor aún, por una consigna política. Sentí que su deseo no era quejarse sino dejar 'mal parado' al político que aludía para, de paso, resaltar la conveniencia de su candidato.
La sensación fue extraña pues me había acostumbrado a leer de mi amigo notas como "vean las fotos de mis hijos" o "maravilloso paseo con la familia", y no historias como "ese candidato nos quiere hacer creer que...". Surgió en mí nuevamente el cuestionamiento hacia la política como una actividad que parece transformar a las personas que conocemos en militantes convencidos de la necesidad de hacer lo necesario para que triunfe su candidato.
O quizás la política no los transforma, siempre fueron así, sólo que no los vi en su faceta de 'militantes' de una agrupación política. No lo sé.
Lo que sí sé es que me deja una rara sensación el ver ese tipo de posts políticos en los Facebooks de mis amigos. Obviamente no les puedo decir que no escriban lo que deseen en sus propio muros, hay libertad de hacerlo. Pero sí quisiera que en los meses que están por venir su espíritu político no se apodere de sus muros virtuales y los transformen en marquesinas políticas del candidato de su preferencia. Para ello los candidatos tienen sus propias páginas y medios.
Mi objetivo al ingresar a Facebook es enterarme de lo que mis amigos están haciendo, de lo que viven, de lo que viajan, de todo aquello que deseen compartir con sus amigos. No lo considero un espacio de convencimiento político. Por su puesto, ello no quiere decir que no apoyen abiertamente a su candidato, pero creo que la propia plataforma de Facebook nos da las herramientas necesarias (Páginas, Grupos) para hacerlo de manera ordenada y por separado de la información cotidiana de nuestros amigos.
Es tan solo una opinión.
lunes, 3 de enero de 2011
TRON Legacy
No soy precisamente un crítico de cine, así que lo que a continuación van a leer es simplemente mi opinión sobre la película que acabo de ver.
ADVERTENCIA: Si aún no haz visto la película no leas este post, es mejor que antes te formes tu propia opinión.
¿Ya vieron el trailer? Es bueno y atractivo, ¿no? Pero como ya aprendí desde «Guardianes de la Noche» -película que me hizo abandonar la sala- se pueden crear trailers muy fascinantes a partir de películas que no lo son tanto. Y creo que este ha sido el caso.
Sí, ya sé que me estoy metiendo con la secuela de una película de culto -que muchos adoran debido a que fue la primera en utilizar durante unos 20 minutos animaciones por computadora que fueron la sensación allá por 1982- pero creo que al fin y al cabo una película cumple su cometido si nos gusta. Y la verdad TRON Legacy me gustó sólo un poco; creo que me metí al cine con las expectativas demasiado altas.
Dicho esto puedo explicar ahora los motivos de mi desazón.
Primero, el argumento sigue algo flojo. No ví la película original pero pude recoger de sitios como Wikipedia algunas observaciones sobre las falencias de la historia. Al ser una secuela, y darse el trabajo de contratar al actor original de la primera cinta (Jeff Bridges) pensé que mejorarían el argumento, pero no lo hicieron lo suficiente. La trama te captura pero no te deja la misma sensación 'totalizadora' que una Matrix o Inception.
Segundo, creo que las escenas de lucha se hubieran visto mejor si se hacían en un plano más abierto y no en primeros planos. Es decir, sentí como si hubiera estado viendo la transmisión de una pelea de box en la que las cámaras enfocaban insistentemente los brazos de los boxeadores, sin permitirme ver una vista general (más abierta) de la pelea. Las escenas de lucha de TRON Legacy hacen un uso efectivo y adecuado de los efectos especiales, pero la forma en que han sido presentados me dejó algo perdido.
Y, finalmente, ya que hablamos de efectos debo decir que vi la película en 3D. En realidad, no fue una buena idea. La cantidad de efectos que se sienten en 3D es mínima, la mayor parte de las escenas apenas y muestran un fondo que se diferencia de los personajes, y nada más. Con verla en 2D no me hubiera perdido prácticamente de nada.
Por su puesto hay cosas a favor, tampoco soy tan negativo.
El argumento, aunque flojo, me gustó porque toca ese infinito tema que podríamos llamar de las "realidades paralelas". Me gustó el hiperespacio de Matrix y me gustó el mundo de los sueños de Inception, así que la realidad digital de TRON fue uno de los elementos que más me atrajo de la película.

Las estética también es bastante sugerente; una parte de ella se debe a la inquietante música de fondo creada por el dúo Daft Punk y otra parte a la cuota de belleza que Quorra (Olivia Wilde) le imprime a la película.
Pero bueno, como dije al principio, es mejor que ustedes mismos se formen su propia opinión de la película. Quizás me dejé llevar por mis expectativas. TRON Legacy es una película que se deja ver, y que entretiene.
Foto: TRON wiki (http://tron.wikia.com/wiki/Quorra)
ADVERTENCIA: Si aún no haz visto la película no leas este post, es mejor que antes te formes tu propia opinión.
¿Ya vieron el trailer? Es bueno y atractivo, ¿no? Pero como ya aprendí desde «Guardianes de la Noche» -película que me hizo abandonar la sala- se pueden crear trailers muy fascinantes a partir de películas que no lo son tanto. Y creo que este ha sido el caso.
Sí, ya sé que me estoy metiendo con la secuela de una película de culto -que muchos adoran debido a que fue la primera en utilizar durante unos 20 minutos animaciones por computadora que fueron la sensación allá por 1982- pero creo que al fin y al cabo una película cumple su cometido si nos gusta. Y la verdad TRON Legacy me gustó sólo un poco; creo que me metí al cine con las expectativas demasiado altas.
Dicho esto puedo explicar ahora los motivos de mi desazón.
Primero, el argumento sigue algo flojo. No ví la película original pero pude recoger de sitios como Wikipedia algunas observaciones sobre las falencias de la historia. Al ser una secuela, y darse el trabajo de contratar al actor original de la primera cinta (Jeff Bridges) pensé que mejorarían el argumento, pero no lo hicieron lo suficiente. La trama te captura pero no te deja la misma sensación 'totalizadora' que una Matrix o Inception.
Segundo, creo que las escenas de lucha se hubieran visto mejor si se hacían en un plano más abierto y no en primeros planos. Es decir, sentí como si hubiera estado viendo la transmisión de una pelea de box en la que las cámaras enfocaban insistentemente los brazos de los boxeadores, sin permitirme ver una vista general (más abierta) de la pelea. Las escenas de lucha de TRON Legacy hacen un uso efectivo y adecuado de los efectos especiales, pero la forma en que han sido presentados me dejó algo perdido.
Y, finalmente, ya que hablamos de efectos debo decir que vi la película en 3D. En realidad, no fue una buena idea. La cantidad de efectos que se sienten en 3D es mínima, la mayor parte de las escenas apenas y muestran un fondo que se diferencia de los personajes, y nada más. Con verla en 2D no me hubiera perdido prácticamente de nada.
Por su puesto hay cosas a favor, tampoco soy tan negativo.
El argumento, aunque flojo, me gustó porque toca ese infinito tema que podríamos llamar de las "realidades paralelas". Me gustó el hiperespacio de Matrix y me gustó el mundo de los sueños de Inception, así que la realidad digital de TRON fue uno de los elementos que más me atrajo de la película.

Las estética también es bastante sugerente; una parte de ella se debe a la inquietante música de fondo creada por el dúo Daft Punk y otra parte a la cuota de belleza que Quorra (Olivia Wilde) le imprime a la película.
Pero bueno, como dije al principio, es mejor que ustedes mismos se formen su propia opinión de la película. Quizás me dejé llevar por mis expectativas. TRON Legacy es una película que se deja ver, y que entretiene.
Foto: TRON wiki (http://tron.wikia.com/wiki/Quorra)
domingo, 12 de diciembre de 2010
El mal desarrollo
Recuerdo que muchas veces conversando con alguien siempre le decía que, a diferencia de Estados Unidos, aquí podíamos entrar a comer tranquilamente una hamburguesa a un Bembos sin el temor a que un desquiciado entrara al local con un arma y nos mate. Eso sólo ocurría en las películas o solo lo veíamos en los noticieros gringos. Lamentablemente, ese tipo de 'desarrollo' también ha llegado a nuestro país.
El viernes 3 de diciembre fue un día cinematográfico. Un demente armado con una pistola y dos bombas tomó el Banco Continental de Gamarra y movilizó a una cantidad increíble de policías vestidos a la usanza de la SWAT (Special Weapons And Tactics) estadounidense. La noticia la escuché por primera vez en un taxi y al enterarme de que se trataba de un hombre sólo rápidamente caí en la cuenta de que se trataba de un loco. ¿Cómo una sola persona va a asaltar un banco? Ya en la casa me enteré que el objetivo nunca fue el asalto sino la toma de rehenes y la petición de demandas sin sentido.
El tipo estaba loco. Y ciertamente no es novedad que haya locos en el país -después de todo, gracias a la decidia de las autoridades, podemos ver a muchos de ellos deambulando por las calles- sino que uno de ellos haya tomado un banco, esté armado (con licencia) y amenace con hacer estallar dos bombas. Lo peor de todo, como en película hollywoodense, es que tenía instrucción militar y, por tanto, sabía manejar los dispositivos que había llevado consigo.
Un loco con instrucción militar y armado, ¿no les recuerdan varias películas? Además, la forma en que se vistió Ruiz Wilfredo Ninasqui se parece bastante a los secuestradores de películas como -salvando las distancias- Inside Man, que quizás haya visto.
Hasta ahora nos sentíamos seguros porque los locos y los pandilleros no tenían un acceso tan sencillo como el que tienes sus pares gringos a armas de fuego. Pero parece que eso está cambiando. Pandilleros con pistolas y locos con bombas son ahora también parte de las páginas policiales de los diarios de cincuenta céntimos.
¿Qué se puede inferir? Que se tiene que hacer algo por la salud mental de nuestro país, creo que es un sector poco atendido que en el futuro puede generar más de estos incidentes. Que las instituciones armadas tienen que hacer un control más efectivo de su personal y que la Discamec (que otorga las licencias para portar armas) tiene que ser mas cuidadosa de a quienes otorga los permisos.
Más dinero en el país no es suficiente. Tener mas plata en los bolsillos no nos va a hacer una sociedad más desarrollada sino tan solo mas consumista. Y creo que uno de los indicios de este fenómeno es que la Navidad, la conmemoración del nacimiento de Jesús por parte de los cristianos, está perdiendo su caracter espiritual y se está transformando en una euforia por el shopping.
Este es un mal camino de desarrollo, y creo que debemos enderezarnos antes de convertirnos en una sociedad que tiene una mano llena de dinero y la otra mostrando una pistola. No quisiera que el Perú tenga los vicios de la superpotencia del norte, solo sus bondades. Si es que se puede.
El viernes 3 de diciembre fue un día cinematográfico. Un demente armado con una pistola y dos bombas tomó el Banco Continental de Gamarra y movilizó a una cantidad increíble de policías vestidos a la usanza de la SWAT (Special Weapons And Tactics) estadounidense. La noticia la escuché por primera vez en un taxi y al enterarme de que se trataba de un hombre sólo rápidamente caí en la cuenta de que se trataba de un loco. ¿Cómo una sola persona va a asaltar un banco? Ya en la casa me enteré que el objetivo nunca fue el asalto sino la toma de rehenes y la petición de demandas sin sentido.
El tipo estaba loco. Y ciertamente no es novedad que haya locos en el país -después de todo, gracias a la decidia de las autoridades, podemos ver a muchos de ellos deambulando por las calles- sino que uno de ellos haya tomado un banco, esté armado (con licencia) y amenace con hacer estallar dos bombas. Lo peor de todo, como en película hollywoodense, es que tenía instrucción militar y, por tanto, sabía manejar los dispositivos que había llevado consigo.
Un loco con instrucción militar y armado, ¿no les recuerdan varias películas? Además, la forma en que se vistió Ruiz Wilfredo Ninasqui se parece bastante a los secuestradores de películas como -salvando las distancias- Inside Man, que quizás haya visto.
Hasta ahora nos sentíamos seguros porque los locos y los pandilleros no tenían un acceso tan sencillo como el que tienes sus pares gringos a armas de fuego. Pero parece que eso está cambiando. Pandilleros con pistolas y locos con bombas son ahora también parte de las páginas policiales de los diarios de cincuenta céntimos.
¿Qué se puede inferir? Que se tiene que hacer algo por la salud mental de nuestro país, creo que es un sector poco atendido que en el futuro puede generar más de estos incidentes. Que las instituciones armadas tienen que hacer un control más efectivo de su personal y que la Discamec (que otorga las licencias para portar armas) tiene que ser mas cuidadosa de a quienes otorga los permisos.
Más dinero en el país no es suficiente. Tener mas plata en los bolsillos no nos va a hacer una sociedad más desarrollada sino tan solo mas consumista. Y creo que uno de los indicios de este fenómeno es que la Navidad, la conmemoración del nacimiento de Jesús por parte de los cristianos, está perdiendo su caracter espiritual y se está transformando en una euforia por el shopping.
Este es un mal camino de desarrollo, y creo que debemos enderezarnos antes de convertirnos en una sociedad que tiene una mano llena de dinero y la otra mostrando una pistola. No quisiera que el Perú tenga los vicios de la superpotencia del norte, solo sus bondades. Si es que se puede.
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