jueves, 1 de abril de 2010

Hora y media

Si el miércoles anterior a Semana Santa tuvieron la imperiosa necesidad de pasar por un banco seguro van a concordar conmigo.

Debido a esas cosas del destino y la economía tuve que pasar por una de las instituciones financieras más grandes de este país, de la cual no soy ‘cliente’. Ello en buena cuenta significaba que me esparaba una larga espera ya que sin duda el dichoso ‘sistema’ de tickets le iba a dar preferencia a los clientes del banco, y de entre éstos a los que tienen más dinero en él.

Eso fue lo que sucedió. El sistema en mención me catalogó como ‘nada’ (letra B) y me hizo esperar una hora y media mientras veía que los clientes VIP y los clientes comunes del banco pasaban frente a mí. El banco, además, tenía dos ventanillas asignadas para atender a los clientes ancianos, mujeres embarazadas o con niños, o personas discapacitadas.



En sus pantallas, mientras esperaba que el sistema anunciara mi número, puede ver una y mil veces como se hace un lomo saltado, las ventajas de ser cliente del banco y los gags de “Just for Laughs” y otras cosas más que seguro tienen toda la buena intención de relajarte, pero no lo lograban.

A mi lado una señora se exasperó y se fue casi maldiciendo al banco, simplemente no aguantó más. Otro ‘no cliente’ interceptó a una de las ‘colaboradoras’ de la institución que se limitó a decirle que “es el sistema, señor”, mientras que una mujer ‘no cliente’ con toda la frescura, o desesperación, del mundo invadió la ventanilla para discapacitados y se hizo atender.

Creo que el sistema esta concebido para dar un servicio diferenciado a los clientes. Sin embargo, también creo que una persona, sea cliente o no, no debería esperar más de media hora para pasar por una ventanilla, y creo además que ello fácilmente se puede establecer como una política del banco, y del ‘sistema’. Dar un mejor servicio a los VIP no debería implicar fastidiarle la tarde a los ‘no clientes’.

Aunque me pregunto: “Si realizo operaciones en ese banco, ¿no soy tambien un cliente?”

PD: El de la foto no soy yo... se nota, ¿no?