La semana anterior fue de bastante trabajo. Básicamente porque era la semana del evento de CIO, pero también porque se juntaron reuniones y comisiones como en ninguna otra ocasión.
Lo extraño del caso es que no me siento tan cansado como esperaba. Ya va a ser prácticamente un año desde que partí de la revista y creo que ya me he acostumbrado completamente al nuevo ritmo de trabajo. Realmente no me lo esperaba.
La revista era mensual y ello me daba un par de semanas para preparar los artículos. El portal en cambio es diario en sus noticias y semanal en sus artículos por lo que en teoría hago cuatro veces más cosas que las que hacía cuando me encontraba en la revista. Debería estar cuatro veces más cansado pero no es así.
Creo que mucho tiene que ver el hecho de que trabajo desde la casa y así me ahorro el diario trajín de ir por toda la Javier Prado hasta la oficina, de ida y de vuelta. El tráfico ha empeordado en Lima y estoy seguro que de haberme quedado en la revista tendría ya cientos de horas acumuladas como pérdida de tiempo por el tráfico.
Pero también creo que mi 'no cansancio' se debe a que necesitaba un cambio. Más de una década en cualquier trabajo ahora parece una eternidad, aunque para nuestros abuelos eso era lo más normal del mundo. Recuerdo que cuando celebrábamos un aniversario de la Universidad vimos como a un grupo de trabajadores les realizaban un pequeño homenaje por sus 35 años de servicios a la institución. ¿Dentro de 30 años me harán algo así?, pensé.
No estaré ahí para averiguarlo. Salí con cinco años en esa institución y 12 acumulados en la revista, creo que fueron suficientes.
Realmente no sé si es conveniente o no quedarse mucho tiempo en un trabajo. Creo que mientras uno se sienta bien con lo que hace puede quedarse pues es también una forma de ser mejor. Esos trabajadores con 35 años de labor son un extremo, mientras que los que cambian prácticamente cada año de trabajo son el otro. En el medio hay espacio para todos.
No sé cuánto me quedaron en CIO, ni tampoco me pongo a pensar en ello. Es un medio joven que va a seguir creciendo, recién se acerca a su primer año y siempre es más emocionante ver los primeros pasos de una criatura. Seguro me quedaré hasta que camine bien, hasta que corra y gane todas las carreras en las que se involucre; de hecho, ya lo está haciendo.
Me quedaré ahí hasta que sienta que ya no puedo aportar más (o que alguien me lo diga). Pero por lo pronto ello parece algo muy lejano. Me siento bien aquí, muy bien.